jueves, 7 de julio de 2016

Newt Gingrich aprueba el examen para ser el "perro de presa" de Trump


Robert Costa (The Washington Post) nos relata cómo fue el casting de Newt Gingrich como potencial Vicepresidente de Donald Trump durante un mitin en Cincinnati, Ohio:


""¡Neeeeeeewt!," bramaron. "¡Neeeeeewt! ¡Neeeeeeewt!"


"Era Newt.


"Newt Gingrich, ex Speaker de la Cámara de Representantes y ahora finalista en la búsqueda de un compañero de fórmula para Donald Trump, subió rápidamente al atril. Aunque oficialmente solo estaba haciendo un viaje amistoso con Trump a este estado indeciso, también era una audición para el puesto de Número 2, una oportunidad para resaltar su oficio y comprobar por sí mismo si se siente cómodo en la órbita de Trump.


"Su breve turno fue revelador. Desde el principio, Gingrich jugó el papel de personaje ilustre del partido. Fue un reconocimiento, tal vez, de cómo como candidato a Vicepresidente podría poner el énfasis en levantar a los candidatos republicanos vulnerables este otoño más que en jugar simplemente el papel de adepto a Trump.


""Sé con todo mi corazón," les dijo Gingrich con el tono de un maestro insistente, que "lograréis este estado" no solo para Trump sino para el Senador Rob Portman, de Ohio. La multitud, salpicada de grupos de hombres y mujeres alborotados con las cosas de Trump, aplaudió respetuosamente como si aceptara la solicitud...


"Entonces Gingrich publicitó su biografía, "un ex Speaker de la Cámara de Representantes que sabía algo sobre Washington." Pero se describió como alguien con instintos populistas a pesar de sus años en el Capitolio. Fue similar a como Trump describe su época como gran donante del Partido Republicano: sí, estaba dentro, pero en su mente eso le hace mejor para denunciar la corrupción en los niveles más altos.


"Gingrich pasó suavemente a desmontar a sus enemigos de hace décadas: los Clinton. Desplegando frases sobre la controversia sobre el uso de emails y servidores privados por la probable nominada demócrata Hillary Clinton, pintó a Bill y Hillary Clinton como una pareja que durante años ha evadido el escrutinio legal, un día después de que el director del FBI ofreciera una revisión feroz de las prácticas de email de Clinton pero no recomendara su procesamiento. Se refirió a las conclusiones del FBI como "una total claudicación del sistema americano" y dijo que Clinton tiene "toda la culpa."


""¿Hay una sola persona aquí que crea que si hiciera lo que Hillary Clinton hizo no sería procesada?," preguntó Gingrich con dramatismo.


"¡No!," gritó la gente.


"Gingrich dijo que el episodio del email de Clinton es el reflejo de una evolución más amplia en el país de "las dos Américas," el "corrupto Washington del viejo orden" y "el resto de nosotros."


""Yo os digo, '¡Ya basta!,'" dijo Gingrich, repasando una lista de quejas contra los demócratas. "Basta de mentirnos sobre una persona que obstruyó la justicia deliberadamente y que bajo el imperio de la ley estaría hoy enfrentándose a un jurado, no a unas elecciones."


"El mensaje no disimulado a Trump: Gingrich es más que feliz haciendo el papel de perro de presa."


"Gingrich concluyó haciendo referencia a su época como profesor de Historia en Georgia, en esencia argumentando ante la campaña de Trump que si fuera el elegido, sería capaz de agregar cierta profundidad histórica y lustre intelectual a las críticas de Trump. Y demostró que está dispuesto a empujar a sus amigos a servir al nominado.


""Es cuestión de tiempo que se suba al carro de Trump," dijo Gingrich sobre el Gobernador de Ohio John Kasich, quien sirvió con él durante años en el Congreso pero ha sido reacio a apoyar a Trump después de su amarga competición en las primarias.


"Volviéndose hacia otros escépticos dentro del partido, Gingrich dijo que deberían prepararse para un tipo de Washington diferente si Trump gana. "Este tío," dijo, "va a volcar la mesa."


"Unos momentos después, empezaron a sonar los agitados acordes de guitarra de "All Right Now" de Free y apareció Trump, rodeando a Gingrich con su brazo y levantando el pulgar mientras el centro de convenciones de Sharonville rugía con la atracción principal.


"Gingrich, de 73 años, y Trump, de 70 años, ambos con traje oscuro y corbata, lanzaron una mirada de admiración, con Gingrich levantando su brazo a gran altura. Trump se inclinó para susurrarle algo a Gingrich mientras le daba una palmada en el hombro y éste se marchaba."


Continúa aquí.

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