martes, 27 de septiembre de 2016

Primer debate: Cinton, sosegada y cumplidora; Trump, fastidioso y desordenado

Clinton de rojo republicano y Trump con corbata azul demócrata.


Le hemos dado un bombo pubicitario a la altura de la Super Bowl, pero el debate no ha sido bueno...


Hemos visto a
una Hillary Clinton cumplidora que llevaba respuestas preparadas para todo y un Donald Trump, como El Donald de sus mítines sin teleprompter, confiándolo todo a su instinto en un medio que nada tenía que ver con un mitin porque el público tenía que permanecer en silencio.


Trump ha atacado los problemas, en especial la destrucción de empleos industriales por los tratados comerciales y las deslocalizaciones, pero no ha explicado las soluciones. Y ha estado mejor atacando que defendiéndose. Cuando le han cuestionado por no publicar sus impuestos y por su pasado como uno de los promotores del movimiento birther, se ha enredado de lleno en los dos asuntos, en lugar de dirigir la respuesta a los temas que más le interesaban.


En la primera mitad del debate, Trump ha logrado pintar a Clinton como la encarnación de un
establishment político incompetente (mucha palabrería y pocos hechos en 30 años, le ha dicho). Ha enjuiciado a Clinton por haber tomado malas decisiones a lo largo de su carrera política. Sin embargo, no ha sabido demostrar a los que todavía dudan que tiene la comprensión y la seriedad necesarias para ser un Presidente verosímil.


Clinton ha cumplido los objetivos propuestos. En primer lugar, no perder la consciencia en 90 minutos, que no es poco viniendo de donde venía. Después, hablar mucho de las cosas de las que le interesaba hablar y nada de las cosas de las que no le interesaba hablar. Ha sabido cuándo atacar y cuándo no atacar a Trump, y ha logrado que Trump se sintiera incómodo.


La candidata demócrata no ha encontrado una respuesta convincente a los puntos más polémicos, como el escándalo de los
emails o algunas de sus impopulares decisiones en política exterior, pero se ha visto beneficiada por lo poco que le ha exigido el moderador. De hecho, la conversación sobre sus emails ha salido porque Trump la ha sacado en una ocasión, no porque el moderador tuviera intención de preguntarle sobre ello.


Clinton ha calificado los planes económicos de Trump como "falseada economía del derrame," haciendo un juego de palabras con "trumped up."


"Realmente cree que cuanto más ayudas a la gente rica, mejor estarán," ha dicho Clinton. "Yo no compro eso."


"¿Por qué no publica sus declaraciones de impuestos?,"
ha preguntado Clinton, especulando sobre las razones. "Quizás no sea tan rico como dice. Quizás no sea tan caritativo como afirma. Quizás no quiera que el pueblo americano sepa que no ha pagado nada en impuestos federales."


"Algo oculta," ha añadido.


Trump ha dicho que
publicará sus impuestos cuando Clinton enseñe los 33,000 emails que eliminó. El público ha desafiado la prohibición de aplaudir para jalear la respuesta del candidato republicano. La sala ha reaccionado sonoramente varias veces más, a favor o en contra de los dos candidatos.


En adelante, Trump no ha insistido más en los emails de Clinton, desaprovechando varias oportunidades para hacerlo. Esto, además de otros detalles como el beber agua constantemente, revela que no se ha preparado de ninguna forma especial para el debate.


"Tiene un largo historial de comportamiento racista," ha dicho Clinton sobre Trump por haber cuestionado el lugar de nacimiento del Presidente Obama.


Trump ha señalado que fueron personas del entorno de Clinton, como Sidney Blumenthal y Patti Solis Doyle quienes dieron alas a esa teoría durante las primarias demócratas de 2008.


"Tú lo trataste con una falta de respeto terrible (a Obama) y veo ahora el modo en que hablas de lo bonito que es todo, pero no funciona de ese modo," ha dicho Trump. "Cuando intentas actuar como una santurrona, realmente no funciona."


En todo momento parecía incómodo y no dejaba de revolverse.


En política exterior, Clinton se ha dirigido a los aliados de la OTAN como si ya fuese Presidenta, asegurándoles el compromiso de EEUU con su seguridad. Trump ha criticado la aportación desigual de EEUU dentro de la OTAN y ha dicho que "no podemos ser el policía del mundo."


Clinton y los terceros candidatos (Gary Johnson y Jill Stein) son quienes más satisfechos estarán con este debate. Si estos 90 minutos no salvan la campaña de la ex secretaria de Estado, no hay nada que la pueda salvar. Trump ha fallado en lo que más necesitado está, en parecer presidencial, en hacer que la gente pueda imaginárselo como su Presidente; no obstante, el constructor de rascacielos y cosas grandes ha sacado a la palestra en toda su crudeza las causas que han alimentado su campaña durante todo el año, y son causas que llegan al público.


Debate completo

3 comentarios:

  1. Para mí hay dos momentos demomedores, que evidencian por donde fue el debate toda la noche.

    1. Respuesta de Trump acerca de su oposición a la guerra de Irak. Trump se enreda de una manera espectacular, pidiendo repetidas veces que le pregunten a Sean Hannity. Cuando Trump termina, Clinton solo tiene que hacer una mueca, en plan... Ok,habrá que contestar al chiflado, para que el público estalle en risas, y ganar el asalto.

    2. El alegato acerca de la stamina de Clinton. Que en dos minutos no sea capaz de decir otra cosa por la que Clinton no es apta para servir como presidenta, dice mucho de la preparación y seriedad con la que Trump afrontó el debate.

    Un saludo.

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  2. El éxito de Hillary ha sido no perder los nervios. Con Obama en las primarias de 2008, que era un debatidor más asertivo los perdía a borbotones. Me da que los asesores de imagen han hecho un buen trabajo. Aunque no es Trump, la sobreactuación de Hillary Clinton siempre ha sido su peor enemigo. Incluso se decía que la mujer de Gore no le tragaba por eso, por su capacidad de hacer cualquier cosa por medrar en política.

    En cuanto a Trump, me da que lo suyo no son los debates a un público más exigente que no busca un reality show. En las últimas semanas había mejorado por bajar el tono, imprescindible para conseguir votos en los no alineados. Ahora veremos. O mejora ese tono o me temo que las encuestas van a estar tan trolleadas como las que hacen en otro lares.

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  3. Lo extraño es la sensación de no haber preparado o anticipado detalles básicos. Que Trump no profundizase en números y demás era previsible, que repitiera mucho coletillas como tremendamente o el país es un desastre también era previsible y aceptado, pero lo que me sorprendió es que no supiera pivotar hacia donde le iba bien en algunas respuestas, y la improvisación ante algunas de las cosas que decía Clinton o que le cuestionaba el moderador. La clave fueron la cantidad de potenciales oportunidades que desaprovechó.

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