lunes, 11 de abril de 2016

Campaña vintage: reclutar a Ted Kennedy (abril-mayo de 1972)

Como casi todos los líderes del Partido Demócrata a comienzos de 1972, Ted Kennedy creía que Ed Muskie ganaría la nominación presidencial del partido. Hicieron un cálculo erróneo. Aunque Muskie ganó la primaria de New Hampshire el 7 de marzo, el sólido segundo puesto de George McGovern fue la gran noticia. Cuando McGovern derrotó a Muskie el 4 de abril en la primaria de Wisconsin, la campaña del moderado senador por Maine, que quedó cuarto en el estado del Alto Medio Oeste, entraba en caída libre, mientras que la del progresista senador por Dakota del Sur entraba en una dinámica ascendente. McGovern volvió a derrotar a Muskie en la primaria de Massachusetts ese mismo mes.


Para entonces, el Presidente
Richard Nixon temía que Ted Kennedy, de 40 años de edad, senador por Massachusetts desde que tenía 30, pudiera emerger como solución de compromiso en un partido fracturado, porque suponía que los jefes del Partido Demócrata no permitirían que McGovern ganase la nominación. Nixon había ganado las elecciones de 1968, en gran medida, porque convenció a los estadounidenses de que tenía un plan secreto para terminar con la Guerra de Vietnam. Pero cuatro años después, la guerra continuaba. Por eso el Presidente se creía vulnerable y sentía un miedo irracional a los demócratas (incluso a McGovern, como demostró con el allanamiento del Watergate).


En el equipo del Presidente republicano sabían que una campaña contra Kennedy estaría llena de peligros, y era mejor evitarla. El objetivo era claro: no provocar a Kennedy. Pat Buchanan, entonces asesor de Nixon, escribió en un memorándum para el Presidente en abril de 1972: "Aunque Kennedy sería inaceptable para el Sur, en unas elecciones nacionales podría atraer a su candidatura todos los apoyos de McGovern, además del carisma de los Kennedy y el apoyo de los Meanys (la maquinaria política de George Meany, presidente de la central sindical AFL-CIO) y los Daleys (la maquinaria política de Richard Daley). Un Partido Demócrata profundamente dividido, sediento de unión y victoria, daría la bienvenida a un Kennedy. Por esta razón, no creemos que nuestra estrategia deba ser sacar a Kennedy de su escondite. Si Kennedy se agranda, McGovern se desvanece -y Nosotros Queremos a McGovern."


Muchos líderes demócratas eran de la misma opinión. Cuando
Muskie abandonó la competición en mayo, la consecuencia lógica parecía una convención abierta o disputada en verano en la que McGovern y el ex Vicepresidente y nominado presidencial demócrata de 1968 Hubert Humphrey, que había derrotado a McGovern en la primaria de Pennsylvania el 25 de abril, peleasen a cara de perro por la nominación. Ese era un escenario temido por muchos en el partido porque Humphrey todavía era odiado por el movimiento anti-guerra y su nominación podía dividir el partido casi tanto como la nominación de McGovern.


El Alcalde de Chicago
Richard Daley invitó a Kennedy a hablar en la cena anual del partido en Chicago, y empezó a difundir rumores sobre una hipotética nominación del hermano pequeño de JFK y Bobby. La AFL-CIO y su presidente, George Meany, que no era capaz de manejar a McGovern, pidieron a Kennedy que pensara en aceptar una llamada a filas. Al principio, el líder sindical tuvo la impresión de que el político no rechazaba la idea.


Kennedy consideró durante un tiempo la posibilidad de que una convención dividida pudiera pedirle que se ofreciera como candidato de consenso, pero sabía que no podía apartar la sombra del incidente de Chappaquiddick de tres años antes ni explicar su comportamiento posterior. Con las primarias más avanzadas,
Kennedy terminó aceptando a McGovern como el potencial nominado. Incluso habiendo todavía insistentes rumores sobre un supuesto movimiento para reclutarlo en la convención, los hijos de su difunto hermano Bobby empezaron a hacer campaña por McGovern.


"La gente sabe dónde están mis simpatías en estas elecciones. Están con el Senador McGovern y las posiciones que defiende," declaró Ted en una entrevista a Robert Healy en The Boston Globe. Y en una conversación con el columnista de The New York Times Anthony Lewis, amigo íntimo de JFK, el senador por Massachusetts confirmó que apoyaba a McGovern y que le daría su respaldo oficial en la convención. McGovern, tras ganar en la primaria de California en junio, llegó a la convención con el número necesario de delegados para ser nominado en una primera votación.


Vídeo: el
27 de abril de 1972, el informativo de la noche de ABC abordaba los rumores sobre una posible candidatura de Ted Kennedy


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