Mitt Romney, el último nominado presidencial republicano, reapareció ayer en un foro sobre ideas en Washington, DC. Y, cómo no, se refirió a la carrera presidencial republicana.
El ex gobernador de Massachusetts dijo que la competición se divide en dos categorías, "la categoría más insurgente, sin complejos, del Tea Party," en la que situó a Donald Trump y Ted Cruz, y "la categoría de la corriente conservadora establecida," en la que situó a Chris Christie, John Kasich, Marco Rubio, Jeb Bush, Lindsey Graham y Carly Fiorina.
"Al final, nuestro nominado saldrá de la categoría de la corriente conservadora establecida," dijo.
Históricamente ha sido así, salvo en 1964 y casi en 1976 (en 1980 podemos considerar que la corriente establecida en el partido ya estaba más a la derecha que anteriormente y la nominación de Ronald Reagan iba en sintonía).
Preguntado sobre si todavía puede cambiar de opinión y entrar en la carrera presidencial, Romney dijo que "no. Ya tomé esa decisión."
Al término del evento, un reportero de The Washington Post abordó al ex gobernador de Massachusetts y le preguntó si su respuesta era un no definitivo.
"Ya sabes, lo increíble siempre es lo más interesante, lo más atractivo," respondió Romney, explicando la razón por la que muchos amigos y aliados siguen pidiéndole que se presente.
¿Una convención abierta?
Los rumores sobre una entrada tardía de Mitt Romney para salvar la situación vuelven a sonar ante la posibilidad de que haya una convención abierta después de unas primarias republicanas súper polarizadas (por ejemplo, si en marzo un candidato de extrema derecha gana los pequeños estados del Sur, Bush o Rubio ganan Florida y Kasich gana Ohio, y así).
"Cuanto más tiempo estemos con Trump y Carson encabezando el pelotón, más probable es que lleguemos a Cleveland sin un nominado," admitía hace unos días un estratega republicano vinculado a American Crossroads, el súper PAC de Karl Rove.
Y el entorno de Romney no es el único que contempla ese escenario.
"Algunos de los leales a Scott Walker ya están hablando de la posibilidad de que si el caos continúa reinando en la carrera, Walker podría volver y ganar la nominación republicana en la convención el próximo verano," escribía hace unos días McKay Coppins en Buzzfeed.
"Dos estrategas republicanos con conexiones con Wisconsin dijeron a 'BuzzFeed' que los aliados de Walker han estado planteando la posibilidad en círculos políticos. Y un recaudador de fondos de Walker, hablando anónimamente, dijo que aunque desconoce si el gobernador está detrás del rumor, "en esta temporada electoral nada me sorprendería.""
Eso podría explicar la intención detrás del argumento esgrimido por Walker en la rueda de prensa en la que anunció su retirada: que lo hacía para unir al partido.
En cualquier caso, parece improbable que, tras las malas críticas a su campaña, el gobernador de Wisconsin sea el hombre que surja como candidato de consenso de una hipotética convención abierta. Entre otras cosas porque como dice un estratega de Wisconsin a BuzzFeed: "Si tienes una convención abierta, Walker ni siquiera sería la persona de Wisconsin con más probabilidades de ganar la nominación. Esa persona sería Paul Ryan."
Salvo en el caso, y esto es pura especulación, de que Walker, a cambio de su retirada, hubiera conseguido el compromiso de un par de candidatos importantes de apoyarlo en el muy eventual caso de que se llegara a ese escenario de bloqueo.
El último caso de un candidato de consenso ganando la nominaicón de un gran partido en una convención abierta fue Adlai Stevenson en 1952.
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