lunes, 1 de febrero de 2016

El día del caucus

A cow stands in front of barn painted with a U.S. flag in Homestead, Iowa, March 7, 2015. Iowa, the American heartland. Endless farm fields and quiet towns. 56,273 square miles that is the focus of the nation as the long process of electing the next U.S. president begins. Photo by Jim Young/Reuters
Un establo de Homestead, Iowa. (Foto: Jim Young/Reuters)

Los cáucuses de esta noche en Iowa son asambleas locales. A las 8 de esta noche (hora de la Costa Este), 7 p.m. hora local, 1,681 circunscripciones o recintos repartidos por toda Iowa recibirán a los votantes que deseen asistir. Para participar hay que registrarse como demócrata o republicano y cumplir al menos los 18 años antes del 8 de noviembre (día de las elecciones generales). Los independientes o los registrados como votantes del otro partido pueden registrarse esta misma tarde-noche como demócratas o republicanos en el mismo recinto y participar en el caucus correspondiente. Solo tienen que verificar su identidad, aunque sea con la licencia de conducir.


Los participantes se reunirán en iglesias, escuelas, casas o cualquier tipo de centro cívico, donde
iniciarán el proceso para decidir la designación de los delegados que participarán en otras asambleas de condado hasta llegar a la estatal, donde se eligirá a los representantes que asistirán a las conveciones nacionales de cada partido. En Iowa hay en juego 44 delegados demócratas y 30 republicanos. El reparto de los mismos se hará por representación proporcional. Pero, como digo, no se hará hoy. Esta noche solo empieza el proceso.


El método que seguirán hoy demócratas y republicanos es diferente. El caucus republicano es un procedimiento más sencillo. La primera tarea de cada asamblea republicana será elegir un chairman (presidente) y un secretario que se encargarán de dirigir el procedimiento. A continuación, los capitanes de circunscripción de cada candidatura, si es que los tienen, u otros portavoces espontáneos nominarán a sus candidatos con discursos de unos cinco minutos que tienen como objetivo convencer a los últimos indecisos. Pero la faena de un buen capitán de circunscripción no se limita solamente a hacer el alegato final. Su trabajo empieza antes, teniendo controlados a los potenciales votantes que su campaña tenga identificados en esa circunscripción, para sacarlos de su casa, llevarlos al caucus y evitar que rompan filas o que haya traiciones de última hora.


Después de los discursos de nominación, el chairman ordenará que se cierren las puertas del recinto y se procederá a una votación secreta. Los votantes escribirán a mano el apellido del candidato en un trozo de papel. Luego se contarán los votos, con la supervisión de los representantes de cada candidatura. Se anunciará el resultado a la sala e, inmediatamente, el secretario comunicará el resultado por teléfono al comité central del Partido Republicano de Iowa. Más tarde, se envíarán los resultados por escrito.


Hoy no se van a elegir los delegados de Iowa que irán a la convención nacional republicana. Aquellos votantes que se queden en el recinto después de la votación, que, por cierto, suelen ser solo una parte porque muchos vuelven a casa después de votar, son los que elegirán delegados para la convención del condado. Más adelante, en marzo, las convenciones de cada condado nombrarán delegados para las convenciones de cada distrito, y, finalmente, será la convención estatal del partido la que designe los delegados que representarán a Iowa en la convención nacional republicana que se celebrará el próximo mes de julio en Cleveland.


Así que, en realidad, la votación de hoy en el lado republicano es como
un straw poll (sonde de paja) a lo grande; oficialmente no es vinculante, su valor es más bien simbólico por el efecto mediático de un buen resultado. Por lo tanto, el papel de Iowa en este caso es sobre todo el de influir en los estados que le siguen.


El procedimiento demócrata es más complicado. Los participantes formarán grupos de preferencia por candidatos. En la siguiente media hora, aunque suele ser algo más, los capitanes de circunscripción de cada candidato tratarán de convencer a otros vecinos para que se unan a su candidato y hacer fuerza. Después de ese tiempo, se hará un primer recuento de los apoyos que ha logrado reunir cada candidato. De ese primer recuento, los oficiales que dirigen el caucus decidirán cuáles son los candidatos viables que pueden ganar algún delegado para la convención del condado, en función de sus porcentajes.


Los candidatos con menos del 15 por ciento son considerados inviables y sus seguidores tendrán que unirse a otro candidato que haya superado el corte. Dicho de otro modo, si en un caucus con 100 participantes, un candidato tiene 10 partidarios, ese candidato es inviable y esos 10 participantes tendrán que escoger entre otros candidatos con más fuerza. Es aquí donde los seguidores de Martin O'Malley pueden ser cruciales para Hillary Clinton o Bernie Sanders.


Dejarán otros 30 minutos para que esas personas que se han quedado sin candidato al que apoyar vuelvan a alinearse con alguno de los considerados viables. Serán contados de nuevo y enviados los resultados a los comités del condado, que informarán al comité estatal que dará a conocer los resultados y el número total de delegados adjudicado a cada candidato. Estos se adjudicarán oficialmente en primavera. Esos delegados acudirán a la convención nacional demócrata que se celebrará en julio en Philadelphia.


Para entender de manera más sencilla y visual el proceso os dejo esta ilustración de NBC News.

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