domingo, 6 de noviembre de 2016

Campaña vintage: noche electoral (IV)

Cómo se saborea la victoria

9 de noviembre de 1960: al día siguiente de las elecciones, John F. Kennedy, sentenciado a muerte, celebra su victoria en el Depósito de Armas de Hyannis, Massachusetts.




3 de noviembre de 1964: Lyndon B. Johnson celebra su aplastante victoria en el Auditorio Municipal de Austin, Texas, sin regalarnos ni una sola sonrisa.



6 de noviembre de 1968: la tarde del día después de las elecciones, Richard Nixon celebra su victoria en el Hotel Waldorf Astoria de Nueva York.



2 de noviembre de 1976: Jimmy Carter celebra su victoria en el Centro Mundial de Congresos de Atlanta. Carter dio su discurso antes de que Gerald Ford, que se había ido a dormir, aceptara públicamente la derrota.



4 de noviembre de 1980: Ronald Reagan celebra su victoria en el Hotel Century Plaza de Los Angeles.



6 de noviembre de 1984: Ronald Reagan celebra su reelección en el Hotel Century Plaza de Los Angeles. Así lo celebra uno sin sacarse la polla cuando ha conseguido 525 votos electorales y solo ha perdido uno de los 50 estados por 3,700 votos (0.18%).



3 de noviembre de 1992: Bill Clinton celebra su victoria delante del Viejo Capitolio Estatal de Little Rock, Arkansas. Los arkansanos no dan crédito: un arkansano alcanza la Presidencia.

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