Al Sharpton y Bernie Sanders ayer en Harlem.
(Foto: Andrew Renneisen)
Al día siguiente de su contundente victoria en New Hampshire, Bernie Sanders (D) desayunó con el reverendo Al Sharpton en el restaurante Sylvia's en la avenida Lenox de Harlem, Nueva York. El encuentro se produjo a petición del senador por Vermont.
Sharpton, ministro baptista y candidato presidencial en 2004, es uno de los líderes negros más polémicos y mediáticos gracias a sus constantes apariciones en las grandes cadenas de televisión. El reunirse con él es un mal trago que todo candidato presidencial demócrata tiene que pasar si quiere lograr avances entre el electorado negro más recalcitrante.
"Le he preguntado sin rodeos sobre Flint. Le he preguntado sin rodeos sobre la discriminación positiva. Le he preguntado sin rodeos sobre la brutalidad policial y la falta de ética laboral de la policía, cosas que quiero escuchar," declaró Sharpton a la salida del encuentro.
El reverendo se reunirá con Hillary Clinton próximamente y dirá a cuál de los demócratas apoya.
Clinton tiene más apoyos entre los líderes de la comunidad afroamericana. Sanders cuenta con el apoyo de un reducido grupo de líderes negros entre los que destacan Ben Jealous, ex presidente de la Asociación Nacional para el Progreso de la Gente de Color (NAACP), el filósofo Cornel West y el escritor Ta-Nehisi Coates.
Sanders aprovechó su presencia en Nueva York para volver al lugar donde nació, Brooklyn, con Scott Pelley, presentador de las noticias de la noche en CBS.
"New Hampshire es en su gran mayoría blanca y con una población más liberal que los estados a los que se dirige ahora," le dijo Pelley. "Carolina del Sur, Nevada... va a encontrarse con votantes afroamericanos, latinos. ¿Tiene alguna posibilidad en esos lugares?"
"Oh, creo que tenemos muy grandes posibilidades," dijo Sanders.
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