El Gobernador de New Jersey Chris Christie.
(Foto: Getty)
Los que habéis seguido la trayectoria de Chris Christie (R) en los últimos cuatro años recordaréis que en julio de 2013, POLITICO publicaba un extracto de una entrevista que Dan Balz, el veterano periodista de The Washington Post, había mantenido con Christie para su libro sobre las elecciones de 2012 que se publicó aquel verano bajo el título Collision 2012. El Gobernador de New Jersey relataba para el libro cómo en la segunda mitad de 2011 fue cortejado por millonarios, operarios y líderes del partido que querían que se presentase a la Presidencia en 2012 porque el entonces Gobernador de Indiana Mitch Daniels les había dado largas y seguían sin confiar en las posibilidades de Mitt Romney.
"Locura. Llamadas no solicitadas desde todo el país... Llevaba en el cargo seis, ocho, nueve meses y estaba estupefacto... Recuerdo haber pensado, 'Esto es completamente surrealista y no lo que yo esperaba,' y no tenía ni idea de que se volvería aún más disparatado," decía Christie.
Recordaba cómo el ex Presidente George W. Bush estuvo 45 minutos al teléfono tratando de convencerle, y admitía que llegó a consultar a estrategas como Karl Rove y Ken Mehlman.
Decía que en todo momento tuvo claro que el 2012 era demasiado pronto para él, pero admitía que hubo un episodio que le hizo repensárselo. Fue cuando Ken Langone, uno de los empresarios minoristas más ricos de EEUU, le invitó a su casa de Nueva York para presentarle a "un grupo de amigos" preocupado por el futuro del país. Allí se encontró a 60 de los hombres más influyentes y ricos dispuestos a ayudarle en todo lo que necesitara para dar el Sí. Se mencionaba entre otros a John Mack (presidente de Morgan Stanley) y al industrial David Koch.
"Ser un Presidente exitoso depende de dos cosas, coraje y carácter. Usted tiene ambas y el país le necesita," fueron las palabras del ex Secretario de Estado Henry Kissinger, que habló en nombre de todos los presentes. A Christie, de 49 años entonces, no le quedó más remedio que prometerles que por lo menos se lo pensaría.
Todo aquello desembocó en una rueda de prensa el 4 de octubre de 2011 que puso punto y final a las especulaciones. "Esta no es mi hora," declaró.
Cuatro años más tarde hemos descubierto que se equivocó. Después del abrazo a Obama que nadie sabe si en realidad se produjo, el escándalo del puente, la caída de su popularidad en New Jersey, que debió saber que no sería eterna, el paso adelante de Jeb Bush, la sonrisa de Marco Rubio, la emersión de Scott Walker primero y de Donald Trump después, ahora la moda Kasich... muchos de aquellos 60 hombres ya no estaban esperándole en aquella sala.
Nada nos asegura que de haberlo intentando hubiera derrotado a Romney primero y a Obama después. Pero sí hubiera tenido una oportunidad clara que en 2015-16 no ha llegado a tener en ningún momento.
Moraleja: si tienes la popularidad, el interés de los medios, la plataforma, la financiación, los apoyos y el talento para presentarte a Presidente, no esperes; preséntate.
Yo empecé a calarle en la Convención de Tampa. Se le dio un papel estelar poniendo su intervención el primer día en horario de máxima audiencia. Fue un discurso decepcionante y transmitió la impresión de que estaba más interesado en que Romney fracasara para después, cuatro años en política es un mundo, llegaría triunfal su oportunidad. Esta percepción que transmitía durante la campaña se vió constatada en el momento clave. Se prestó a ser partícipe en primera persona de esa gigantesca campaña de marketing y de imagen que trajo la victoria de Obama en 2012. Fue de una deslealtad enorme.
ResponderEliminarQuiso lavar su imagen con su presencia en la Asociación republicana de Gobernadores pensando que era un trampolín para redimirse y volver a colocarse en primera línea pero ya era demasiado tarde y las heridas no habían cicatrizado.
El tercer acto lo protagonizó el pasado sábado. Quiso perjudicar, y lo consiguió, al que posiblemente es el candidato que barrería en una elección General como es Marco Rubio.
Sea quien sea el nominado espero que no esté por la Convención en Cleveland. Que se vaya a Filadelfia apoyar a Hillary o a su amigo Biden que creo yo que finalmente será el nominado viendo la cantidad de escándalos que rodean a los Clinton.
Cierto, recibió muchas críticas aquel discurso en la convención porque dedicó más tiempo a hablar de sí mismo que a promocionar a Romney. Le dieron el keynote address y a Rubio la presentación de Romney. Ya entonces había una competición entre ellos dos por ver quién lograba un mejor turno en la convención pensando en 2016. Al final es posible que haya muetro matando a Rubio.
ResponderEliminarYo si confío en una "resurección" de Marco Rubio. Lo va hacer bien en Carolina del Sur y en Nevada.
ResponderEliminarEs posible, todo salvo Trump cambia con rapidez en esta carrera de una semana a otra, pero no lo tendrá nada fácil con la prensa redirigiendo su atención hacia Bush como antagonista de Trump.
ResponderEliminarLo que hacen mil y pico votos... si Bush hubiera quedado quinto y Rubio cuarto, entonces Bush parecería mucho más acabado de lo que parece ahora...
ResponderEliminarSi Bush no se apellidase Bush, ahora sería Jim Gilmore. Por ser quien es se le siguió dando bola en los peores momentos. A cualquier otro en su lugar le hubieran retirado el seguimiento hace meses.
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