Dos seguidoras de Bernie Sanders de Minnesota. (Foto: @BernieSanders) |
"Por favor, dejemos todos de afirmar que Bernie Sanders no puede derrotar a Hillary Clinton en la carrera demócrata," escribe Mark Halperin en Bloomberg Politics. "Por supuesto, sus posibilidades son remotas, pero hasta ahora ha demostrado tener sustancia, agallas y un atractivo sorprendente... El sorprendente éxito de Sanders ya ha influido en la conducta y la suerte de Clinton, y existen razones para pensar que seguirá desafiándola, influyéndola y creándole importantes problemas mientras la carrera continúa... No hace mucho, pocos hubieran imaginado que Sanders podría haber planteado ningún tipo de amenaza para el destino electoral de Clinton. Puede que al final Sanders pierda, pero su éxito hasta ahora y en adelante hace más probable que Clinton también pierda al final."
Halperin, que ha cubierto con ésta siete campañas presidenciales, no se refiere tanto a perder las primarias como a perder las elecciones generales, aunque si Joe Biden entra en las primarias demócratas a última hora será también en gran medida porque Sanders está demostrando que se puede plantar cara a Hillary.
"Hay abundantes ejemplos recientes de candidatos perdedores esperados en ambos partidos que "no podían" ganar la nominación según la estimación de los intelectualoides, pero que sin embargo tuvieron una influencia desmedida en el contorno y, de hecho, en el resultado de la carrera," señala Halperin. "Esto incluye a Rick Santorum y Newt Gingrich en 2012 contra Mitt Romney; Pat Buchanan en 1992 contra George H. W. Bush; y Jesse Jackson en 1988 contra Michael Dukakis. Basándonos en la forma que están tomando las cosas hasta ahora, Sanders tiene el potencial para afectar de forma adversa a Clinton de numerosas maneras, haciéndose eco de esos perdedores esperados que se presentaron antes. Romney, Bush y Dukakis, y no es una coincidencia, todos perdieron la Casa Blanca."
Halperin enumera varios modos en que Sanders debilita a Hillary: la descentra y la desplaza hacia la izquierda, expone sus debilidades, y puede obligarla a tener que atacar a otro demócrata y a gastar más recursos en los pequeños estados que celebran cáucuses, algo que Hillary no puede pasar por alto después de la experiencia de 2008, cuando perdió la nominación por culpa de los estados que celebraban cáucuses en vez de primarias.
Pero el gran factor es el juego de las expectativas. "Incluso aunque llegue a Iowa y New Hampshire con sólidas ventajas en las encuestas, simplemente ganar no será suficiente. Tiene que terminar lo suficientemente lejos de Sanders para evitar que la prensa trate una victoria como una derrota," escribe Halperin.
Le pasó a Ed Muskie en 1972 cuando ganó en New Hampshire con una diferencia de 11 puntos, por debajo de lo que esperaba. Las altas expectativas volvieron el guión de la campaña en su contra y en aquel caso, un caso extremo, le apartaron de la nominación.
En Team Clinton no dudan de que ganarán la nominación, pero sí temen que Sanders les ponga en ridículo en momentos puntuales porque es en teoría el tipo de candidato contra el que un candidato fuerte no debería pasar ningún apuro. Recordemos lo que declaraba hace un año un aliado de Hillary a la MSNBC: "Tengo pesadillas con que alguien como Bernie Sanders prenda y cause problemas a Hillary Clinton. La gente a veces ignora quién es el candidato más elegible y qué candidato está mejor preparado para liderar el país, en favor de la diversión de quien sea el contrario en el momento."
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