Jeb Bush hoy en Tallahassee, Florida. (Foto: @maggiematella) |
Jeb Bush (R) ha vuelto a Tallahassee, la capital administrativa de Florida, para explicar bajo el lema "Reform DC" (Reformar Washington, DC) cómo piensa desmantelar Mount Washington (el monte Washington, un monte de burocracia carente de nuevas ideas), un concepto que ha tomado de su campaña de 1998 a gobernador de Florida, cuando prometió desmantelar Mount Tallahassee (el monte Tallahassee).
Como por su nombre y conexiones familiares a menudo se le vincula al establishment político y económico nacional, Bush nos recuerda que un día llegó al gobierno de Florida como un outsider dispuesto a alterar el orden establecido.
"Solíamos llamar a esta ciudad 'Mount Tallahassee' porque estaba tan lejos de la gente, tan inmerso en las formas de un cómodo establishment," ha relatado (ver vídeo).
"Si gano estas elecciones no me veréis tampoco someterme a las formas establecidas de 'Mount Washington,'" ha prometido Bush. "El despilfarro, las extralimitaciones, la arrogancia y la simple incompetencia de esa ciudad son problemas que han estado entre nosotros durante tanto tiempo que a veces se aceptan como realidades. Pero un Presidente nunca debería aceptarlas, y yo no lo haré. Necesitamos un Presidente dispuesto a desafiar por completo la cultura de la capital de nuestra nación. Y yo tengo la intención de hacerlo."
"A cualquiera que quiera ver un gobierno federal aún más grande y aún más alejado de aquellos a los que se supone que sirve, el otro partido les ofrecerá esa opción," ha dicho. "Por mi parte ofrezco una agenda completamente diferente. No será mi intención presidir el establishment, sino perturbar a ese establishment en todos los sentidos que sé y hacerlo responsable ante el pueblo."
¿Y cuáles son los males de Washington para Bush?
"Demasiadas cosas en el gobierno federal se dirigen de forma automática, lo que significa que ocurren cosas sin que nadie se pare a preguntar porqué," ha explicado el candidato. "Vemos esto en la manera en que funcionan los servicios civiles. Se contrata a la gente, se le asciende, y se le dan subidas en su paga a menudo sin considerar su rendimiento."
Ha continuado: "Más que nunca, es un sistema atascado en los viejos modos dirigidos por la inercia y sin rendir cuentas a la gente. Y con más de dos millones de empleados en la nómina federal, estos problemas suponen un pesado coste."
Pero esta "época de excusas" está llegando a su fin, ha declarado Bush. "Hay tiempo perdido que recuperar y podemos hacerlo. El crecimiento económico real es alcanzable y yo he establecido el objetivo de crecer un 4 por ciento al año. También está en nuestras manos lograr presupuestos equilibrados y una deuda que finalmente esté bajo control. Y la fuerza conductora debe ser una objeción de nivel presidencial a la cultura del gasto. Esto es esencial y se puede alcanzar en un solo mandato. Y no dejéis que nadie os diga lo contrario."
El ex gobernador de Florida ha prometido una enmienda constitucional para equilibrar el presupuesto federal.
Con los empleados federales aplicará la regla de "tres fuera, uno dentro." Solo hará excepciones en los puestos vinculados a la seguridad nacional.
Jeb ha dicho que pretende emprender reformas tributarias y regulatorias "a una escala que no hemos visto desde los años de Reagan."
Ha prometido que promoverá una ley que impida a los miembros del Congreso ser lobistas en los seis años posteriores a haber dejado el Congreso y quiere que la definición de lobista se extienda a los especialistas en "relaciones gubernamentales" y "asuntos gubernamentales" que pululan por la capital federal.
También ha lanzado la idea de descontarles la paga a los miembros del Congreso que se ausenten de las votaciones.
El problema de esas últimas medidas es que tendrían que ser aprobadas por los miembros del Congreso, que probablemente nunca las aprobarían y entonces tendríamos un Presidente que cuando no le dejan cambiar Washington culpa a otros.
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