sábado, 7 de febrero de 2015
Christie y Bush, dos formas antagónicas de afrontar los rigores de una campaña; en especial, la presión de la prensa
Esta semana hemos vuelto a comprobar la facilidad de Chris Christie (R) para meterse en líos. Alex Isenstadt lo resume en POLITICO: "El gobernador republicano empezó un viaje a Londres haciendo pelotitas con una pregunta sobre si las vacunaciones contra el sarampión deberían ser obligatorias. Al día siguiente, calló de golpe a un reportero que intentaba preguntarle sobre la política exterior. Enfrentó preguntas sobre una nueva investigación criminal a su administración y fue sometido a examen por su gusto por los viajes lujosos. Y de vuelta en casa en New Jersey, por primera vez en su mandato, los republicanos de la legislatura anmenazaron con ir en su contra. Ha sido una semana que ha vuelto a traer a la superficie la molesta pregunta sobre Christie que él lleva meses intentando enterrar: si tiene o no la disciplina necesaria para sobrevivir al escenario nacional."
Isenstadt ha recogido la impresión desfavorable que ha dejado la semana de Christie en un par de consultores republicanos de los estados estratégicos de las primarias.
Jim Dyke, estratega republicano de Carolina del Sur, opina: "No creo que un día o una semana sean una sentencia de muerte para una campaña. Pero puede reforzar la percepción negativa sobre un candidato, y creo que la experiencia de Christie esta semana debería ser un toque de atención. Él y su equipo van a tener que aceptarlo. Porque como todos sabemos, en las campañas presidenciales hay una tendencia a que las cosas se salgan fuera de control."
Dave Carney, un estratega republicano de New Hampshire que en 2012 trabajó para Rick Perry, opina: "Ninguna campaña podría pensar que esta ha sido una buena semana... ha terminado girando sobre él no queriendo responder preguntas."
Alex MacGillis, de Slate, cree que el escándalo sobre el cierre del puente George Washington no trataba en realidad sobre ese hecho en particular, sino sobre el estilo de liderazgo de Christie, que muchas veces se vuelve en su contra. El Bridgegate solo abrió una ventana para que la gente empezase a cuestionar la forma de funcionar del gobernador, opina MacGillis.
Y mientras Christie - y Rand Paul - se enfrentan amargamente a la prensa y Hillary Clinton la teme, Jeb Bush (R) está colmando de atenciones a los reporteros que están siguiendo su precampaña, recalca Nia-Malika Henderson en The Washington Post. Es una primera diferencia del ex gobernador de Florida con su padre y con su hermano mayor.
"Jeb Bush está siendo un ejemplo de accesibilidad para la prensa en la campaña de 2016. Y como reporteros electorales, esto nos encanta," escribe Henderson.
"En las últimas 24 horas, Bush ha enviado comentarios por email a un reportero del New York Times para una semblanza de una de sus principales asesoras. Ha dado una entrevisya al National Journal. Después de su discurso en Detroit, también recibió preguntas de los reporteros y pareció estar cómodo haciéndolo," cuenta Henderson. "Son ecos de su primera incursión en su inminente campaña, cuando anunció que publicaría un baúl de correos electrónicos de sus dos mandatos como gobernador de Florida. Como estrategia de campaña, esto es algo bueno para Bush si puede sacarlo adelante. Es también un marcado contraste con sus principales probables rivales."
Añade Henderson: "Tener una relación combativa con la prensa es fácil. No somos populares. Lo hemos captado. Pocas personas tienen simpatía por nosotros cuando un político dice haber sido perjudicado. Pero Bush está planteando algo muy diferente. En el pasado, ha dicho que quiere presentarse "con alegría," y una relación con la prensa que recuerda a la del McCain del año 2000 [McCain dio acceso sin restricciones a la prensa en 2000 para compensar su falta de fondos; no así en 2008] es una manera de transmitir eso. También es un modo de demostrar que no está dando por segura la nominación republicana... Bush sabe que su campaña será comparada, en muchos sentidos con las presidencias de su padre y su hermano. Hablando más con la prensa está demostrando que tiene su propio estilo personal y esperando probar que no es solo otro Bush. Está diciendo, 'Sé que esta nominación no es mía por derecho de nacimiento.'"
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