John Bolton atiende a una radio en el restaurante Barley House de Concord, rodeado de fotografías de la historia de EEUU. Vemos que Bolton ha escogido sentarse delante de una foto de Teddy Roosevelt agitando su sombrero. (Foto: @AmbJohnBolton) |
John Bolton (R) ha tenido un día azaroso hoy en New Hampshire.
El ex embajador de EEUU en la ONU ha empezado la jornada en el St. Anselm College de Manchester en el clásico desayuno de Politics & Eggs (política y huevos). Suena muy bien pero suele ser un evento bastante aburrido. Bolton, un neoconservador, ha criticado las estrategias de seguridad nacional del Presidente Obama y se ha concentrado en alertar de la amenaza terrorista.
A continuación, el ex diplomático se ha reunido con el presidente del Centro Josiah Bartlett para la Política Pública - nombrado así por uno de los firmantes de la Declaración de Independencia, no lo confundáis con Josiah "Jed" Bartlet con una sola 't' - y con otros miembros del mundo académico y político de New Hampshire.
Pero lo que más me ha agradado es su parada para comer en el restaurante Barley House de Concord, probablemente los metros cuadrados que mejor conocemos del estado de granito los que hemos estado pendientes de las últimas ediciones de la primaria de New Hampshire.
Bolton, oculto detrás del bigote y las gafas, ha pasado casi desapercibido entre los clientes del restaurante, pero ha disfrutado como un chiquillo haciéndose fotos frente a varios retratos de Teddy Roosevelt, el Presidente con gafas y bigote que inspiró la doctrina del Gran Garrote en la política exterior estadounidense.
El Barley House ha sido uno de los locales más frecuentados por los candidatos presidenciales en la última década. Especialmente por candidatos republicanos porque parece que el dueño simpatiza más con el partido del elefante.
Allí se conocieron hace cuatro años Herman Cain y Michele Bachmann; vimos a Tim Pawlenty sirviéndose una Coca-Cola detrás de la barra o intentando entrarles a los clientes un poco apocado; y hasta Ronald Reagan y su equipo esperaban en Barley House los resultados de la primaria en el libro de política-ficción The Choice.
Pero nadie ha causado mayor impacto que Mike Huckabee en Barley House en estos años. El ex gobernador de Arkansas dejó tal impronta en el local en 2008 que inventaron un bocadillo bautizado en su honor: el Huckaburger.
Huckabee visitó Barley House por primera vez a mediados de 2007, cuando todavía nadie hablaba de él. Ni un solo reportero cubrió su paso, pero Huck sedujo con su simpatía al propietario, Brian Shea, y le prometió que volvería el día de la primaria de New Hampshire. Volvió el 7 de enero de 2008 convertido en una estrella nacional, rodeado de cámaras, reporteros y policías.
Shea le obsequió con el Huckaburger, que llevaba espinacas, tomate y pepinillos fritos - al parecer, en Arkansas es costumbre freir pepinillos. No llevaba carne porque entonces Huckabee tenía una dieta vegetariana - eran los tiempos en que era un hombre delgado.
"Esta es la mejor hamburguesa que he tenido en toda mi vida," declaró Huckabee en un acto que fue televisado por C-SPAN aquella noche. El ex gobernador de Arkansas describió el plato como "una sensación para el paladar" y le pronosticó larga vida. "Dentro de muchos años, después de que haya concluido mi segundo mandato como Presidente, esta hamburguesa será un producto de marca," bromeó.
Ni él es Presidente ni la hamburguesa tuvo demasiado éxito. Pero es posible que este año Huckabee vuelva a Barley House y, con él, una de las incógnitas más excitantes de la campaña de 2016: ¿Volverá Barley House a incluir el Huckaburger en su menú especial? ¿Llevará esta vez carne para celebrar los kilos de más de Huckabee?
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