viernes, 13 de marzo de 2015
A los demócratas les falta banquillo
Los consultores Fred Davis - republicano que hizo anuncios para George W. Bush y Arnold Schwarzenegger - y Chris Lehane - demócrata que fue secretario de prensa de la campaña de Al Gore en 2000 - trataron de responder ayer en With All Due Respect (Bloombegr TV) a la pregunta de si encontrará Hillary Clinton (D) una competencia seria en las primarias demócratas.
Ambos coincidieron en que de momento no ven una interna demócrata disputada.
Davis opinó que no hay una competición creíble y por eso lo que veremos - ya estamos viendo - será a todos los republicanos contra Hillary Clinton.
"No veo en absoluto señales" de que todo lo ocurrido con Hillary en las últimas semanas haya incrementado las posibilidades de que emerja otro candidato demócrata en las primarias, dijo Lehane, pero, en todo caso, la ex secretaria de Estado debe presentarse ya precisamente para evitar que eso cambie.
Nicholas Confessore, Jonathan Martin y Maggie Haberman señalan en The New York Times que, en gran medida, la ausencia de candidatos suplentes demócratas fuertes se debe a las derrotas sufridas por el partido en las dos últimas elecciones de medio mandato. "Las dos elecciones de medio mandato desde la victoria del Presidente Obama en 2008 han barrido a toda una generación de políticos demócratas de los cargos estatales, costando a los demócratas más de 900 asientos legislativos estatales y 11 gobernaciones."
Dave Weigel, de Bloomberg Politics, va más allá y señala que la reestructuración del mapa de distritos electorales que hicieron los republicanos en base a los resultados del censo de 2010 ha provocado que haya cada vez menos demócratas capaces de ganar elecciones locales y estatales más allá de las circunscripciones liberales.
"Ha reducido el número de asientos por los que los demócratas pueden competir. En los estados en que el voto demócrata depende fuertemente de los no blancos y los urbanitas, han sido arrinconados a un número mínimo de asientos seguros. Esto no solo los ha perjudicado. Si el sueño se consuma, impedirá que los demócratas puedan forjar una cantera, porque no hay donde formar una cantera," o mejor dicho, solo hay una cantera demasiado liberal formada en distritos demasiado liberales, que después no da la talla en elecciones estatales - por ejemplo, elecciones a gobernadores - por ser demasiado extremos, lo cual reduce el número de demócratas que en última instancia pueden competir por la Presidencia con una buena hoja de servicios.
"Nadie en el nuevo mapa es visto ya como un candidato creíble a nivel estatal; son todos de bastiones liberales," explica Weigel. Los republicanos "han trazado distritos en los que los republicanos pueden entrenar a sus futuros candidatos estatales, y los demócratas se han quedado eligiendo a liberales."
Por eso ahora las principales alternativas a Hillary son un Vicepresidente de Delaware de 73 años o un ex gobernador de la súper demócrata Maryland; en el mejor de los casos, una archiliberal de Massachusetts. Y un Julián Castro, entrenado en un bastión liberal como San Antonio, no puede montar una candidatura creíble a gobernador de Texas o al Senado; y en Ohio los demócratas deben recurrir al viejo ex Gobernador Ted Strickland, derrotado en 2010, para que se presente al Senado en 2016, porque no tienen congresistas en distritos moderados que puedan dar el salto; y en Florida, Charlie Crist una y otra vez.
Hay algunas excepciones, pero de momento la prensa de Washington, DC no ha puesto sus ojos en ellos: el Gobernador Steve Bullock, de Montana, o el Senador Martin Heinrich, de New Mexico, por ejemplo.
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