How Jeb & Walker are emerging as stand-ins for competing arguments about the GOP's way forward. My piece > http://t.co/zKxQ7YJWQF
— Jonathan Martin (@jmartNYT) March 30, 2015
Las identidades opuestas de Jeb Bush (R) y Scott Walker (R), un rico heredero con una familia multicultural y políglota y el hijo de un pastor baptista de un pueblo pequeño del Medio Oeste que se casó con una chica que vivía a unos pocos kilómetros, "ofrecen una síntesis de un debate más amplio que agita a los republicanos y cuya conclusión podría moldear el partido en los años venideros," escribe Jonathan Martin en The New York Times.
Bush busca "desafiar y persuadir a su propio partido," escribe Martin. Por contra, Walker promete "reforzar aquello en lo que los republicanos creen y les asegura que llevan razón."
"Una es una estrategia populista que redobla la movilización de hombres blancos desencantados. La otra es una apuesta por que el conservadurismo puede ganar en el libre mercado de las ideas en medio de una cambiante América del siglo XXI," opina el periodista conservador Matt Lewis, quien compara el enfoque de Walker con "el tribalismo. Es un "Si esas otras personas nos quitan lo que tenemos, no podemos tenerlo.'"
"Creo que Jeb confía en el hambre del partido por ganar y Walker confía en sus ansias de lucha," declara al Times el Congresista Tom Cole, de Oklahoma, que tiene experiencia como estratega electoral.
"Uno de ellos quiere revigorizar el partido desde dentro y el otro quiere revigorizar el partido desde el exterior," comenta Alex Castellanos, el famoso consultor que trabajó en la primera campaña de Jeb a gobernador de Florida en 1994 y en las dos campañas presidenciales de su hermano.
"Aplicado al mapa electoral, la ruta interior probablemente significa que Walker intentaría capturar un grupo de estados del Medio Oeste y de los Grandes Lagos llenos del tipo de votantes blancos de clase trabajadora de los que es un reflejo," precisa Martin. "Menciona con frecuencia que los republicanos no se han llevado Wisconsin desde 1984, una sugerencia no muy sutil de que él puede. Seguramente, también les echaría el ojo a otros cuatro estados del Cinturón Oxidado que el Presidente Obama se llevó las dos veces: Iowa, Michigan, Ohio y Pennsylvania."
El ex gobernador de Florida, por su parte, "pondría sus ojos en los estados cada vez más diversos que Obama se llevó al menos una vez en sus dos elecciones: Colorado, Florida, Nevada, New Mexico, Carolina del Norte y Virginia. La población con derecho al voto en cada uno de esos estados es al menos un 25 por ciento no blanca, y en alguno de ellos considerablemente mayor."
"El cálculo de Bush se basa en parte en las elecciones de 2012: Mitt Romney recibió el 17 por ciento del voto no blanco, lo que significa que si el próximo nominado republicano no lo mejora, necesitará recibir el 65 por ciento del voto blanco para ganar," señala el encuestador republicano Whit Ayres.
"Recuperar los estados de los Grandes Lagos podría resultar tan decisivo como reclamar los estados cada vez más diversos en los que Bush se está concentrando," opina Ayres añadiendo que "eso es un argumento a favor de un candidato híbrido que pueda hacer ambas cosas," y señala a Marco Rubio (R), candidato para el que espera trabajar si se presenta a Presidente.
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