The Big Dog is the big question of 2016. What role will Bill Clinton play? Story with @patrickhealynyt http://t.co/G3LbBL2lyP
— Amy Chozick (@amychozick) March 29, 2015
Patrick Healy y Amy Chozick nos cuentan en The New York Times que el equipo de Hillary Clinton (D) está abordando una cuestión peliaguda: ¿qué hacer con Bill? ¿Cómo utilizar a Bill?
En la campaña de 2008, "el ex Presidente fue a veces una presencia impredecible y frustrada, operando por su propia cuenta, llamando a algunos de los asesores de su mujer dudando de sus decisiones de estrategia y desplazando la atención de los medios informativos de ella hacia él con declaraciones aisladas, como cuando despertó el enfado de los afroamericanos despreciando el éxito de Barack Obama en Carolina del Sur," recuerdan Healy y Chozick.
Team Hillary ya está trazando un plan para encontrar la mejor solución a la 'cuestión Bill' y el plan trata tanto sobre Bill como sobre la propia Hillary y la necesidad de que esta vez la candidata se muestre de forma diferente ante los votantes.
La idea es que Hillary asuma "la mayoría de los eventos de campaña al por menor, aunque [Bill] Clinton sea más natural en ello. Ponerla en escenarios cercanos a los votantes en 'house parties' y cafeterías le permitirá salirse de la sombra del señor Clinton, mientras subraya el mensaje de que no da por garantizado el apoyo de ningún votante."
Bill aparecerá en momentos puntuales, mayormente en grandes eventos guionizados en grandes estados.
En compensación por ese papel más contenido en público, el equipo de Hillary está otorgando a Bill un papel más importante entre bastidores, en los procesos de planificación y toma de decisiones, asegurándose de que tenga "claros canales de comunicación para que comparta sus ideas y preocupaciones con las piezas clave" del equipo electoral, como el campaign manager (director de la campaña) Robby Mook y el campaign chairman (presidente de la campaña) John Podesta.
Bill está insistiendo especialmente en la necesidad de volcarse con el electorado hispano y con los afroamericanos, puede que temiendo que si las elecciones vuelven a convertirse en una competición entre dos blancos aburridos los demócratas pierdan la ventaja de los últimos años.
El ex Presidente "ve al ex Gobernador Jeb Bush y al Senador Marco Rubio como amenazas excepcionales," destacan Healy y Chozick, "dada su fortaleza en Florida - su mutua base central - y su habilidad para conectar (con un fluido castellano) con los votantes hispanos."
Los que conocen a Bill defienden que posee una de las cabezas más privilegiadas del país en lo que a táctica y estrategia electoral se refiere.
El texto de Healy y Chozick también revela que en septiembre de 2012, cuando coincidieron antes de una conferencia de la Clinton Global Initiative, Bill ofreció consejo a Mitt Romney sobre "cómo parecer dominante cuando se enfrentase a Obama en los venideros debates." Y, desde luego, parece que a Romney el consejo le funcionó.
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