El ex Gobernador de Maryland Bob Ehrlich (R), al que recordaréis porque el mes pasado estuvo en New Hampshire y dice estar explorando una candidatura presidencial, visita hoy el condado de Sarasota, en Florida.
Como nadie lo conoce en la polla de los Estados Unidos, no hay una gran demanda de entradas. Así que el presidente del Partido Republicano de Sarasota, Joe Gruters, ha decidido recurrir a una vieja táctica: habrá café y tarta gratis para todos los que acudan a escuchar a Ehrlich.
Gruters "ve la tarta como una manera de ayudar a atraer a más gente," indica el Sarasota Herald-Tribune. ¿Y por qué tiene tanto interés? "Es en parte por proteger la reputación de Sarasota como una gran atracción para los aspirantes presidenciales republicanos."
El Herald-Tribune señala que "no es la primera vez que Gruters emplea la estrategia de la tarta. En 2010, Gruters organizó un evento similar para un candidato a gobernador poco conocido llamado Rick Scott, que pocos creían que pudiera ganar la primaria republicana. Más de 500 personas llenaron el evento y marcó la mayor afluencia en la primera gira de Scott en autobús por Florida."
La táctica es muy vieja y siempre surte efecto en los mítines, aunque ya no tanto en las elecciones. Hubo un episodio muy sonado no muy lejos de Florida; en Georgia.
En 1962, el ex Gobernador de Georgia Marvin Griffin - que había abandonado la mansión del gobernador en 1959 bajo acusaciones de corrupción - volvió a presentarse a su antiguo cargo, enfrentándose en la primaria demócrata a Carl Sanders.
Griffin, que en el pasado ya había recurrido a cantantes de gospel y al pescado frito para llenar de gente sus mítines y demostrar que no había nadie más popular que él en el estado del melocotón, organizó en el 62 grandes barbacoas gratuitas para todos los que se acercasen a escuchar sus infumables discursos. Un aluvión de camionetas destartaladas, coches Ford, incluso tractores ocupados por familias enteras, generalmente de clases medias bajas, recorrían kilómetros aquellos sábados de verano atendiendo a la proposición de comida gratis.
Los mítines de Griffin (en el vídeo de abajo tenéis una muestra) fueron más multitudinarios que los de Sanders. Pero el día de las elecciones, Sanders recibió 494,978 votos y Griffin 332,746 votos. A Griffin no le salían las cuentas y pronunció entonces una frase que es hoy el título de su biografía más famosa: "Algunas personas que han comido mi barbacoa no me han votado."
Fue la última vez que una campaña en EEUU utilizó de forma tan masiva y descarada la táctica de comida gratis, que hasta entonces había sido muy frecuente en las campañas de los políticos demócratas del Sur.
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