viernes, 14 de agosto de 2015
Mañana, cinco presidenciables republicanos en la Barbacoa Vasca de Nevada
El rancho Corley de Gardnerville, Nevada albergará mañana la primera edición de la Barbacoa Vasca que organiza el Fiscal General de Nevada Adam Laxalt, miembro de una conocida familia vascoamericana del Oeste.
Cinco candidatos presidenciales republicanos - Scott Walker, Ted Cruz, Carly Fiorina, Ben Carson y George Pataki - pondrán a prueba su capacidad de persuasión y su resistencia gástrica comiendo chorizo, alubias y criadillas (testículos) de cordero servidas por el restaurante vasco J.T. Basque de Gardnerville, propiedad de la familia Lekunberri (americanizado a Lekumberry).
Gardnerville está en el espectacular valle de Carson, entre el lago Tahoe y Sierra Nevada, donde existe una gran herencia vasca. Asistirán 1,500 votantes - y no solo vascoamericanos, sino nevadenses de todos los orígenes - provenientes de los 17 condados que componen Nevada, tanto de los muy republicanos condados del norte del estado, como del más demócrata condado de Clark (Las Vegas).
La Barbacoa Vasca nace con la intención de convertirse con los años en un foro presidencial republicano de referencia como los foros multicandidatos que se celebran en Iowa y New Hampshire.
Adam Laxalt se ha inspirado en las barbacoas vascas que organizaba en los años setenta y ochenta su abuelo el Gobernador y Senador Paul Laxalt - hijo de Dominique y Therese, dos inmigrantes de Zuberoa - tanto en Nevada como en el barrio de Georgetown de Washington, DC, y de las que el Presidente Ronald Reagan solía ser un invitado habitual.
"Una vez que hizo la primera, todos querían ser invitados a la próxima cuando se enteraron de lo auténticamente del Oeste que eran y lo auténticamente vascas que eran" esas comidas, declara el nieto a Associated Press.
El evento arrancará a las 11 de la mañana (hora de Nevada), la hora del hamaiketako, y se prolongará hasta la sobremesa. Cada candidato tendrá aproximadamente un cuarto de hora para dar un discurso en un estrado improvisado, y el resto del tiempo lo dedicarán a comer y a mezclarse con la gente.
Una de las mejores cosas es que es un evento barato: solo 35 dólares por persona y 50 dólares por pareja. Rara vez tienes ocasión de comer y mezclarte con candidatos presidenciales durante varias horas a un precio tan bajo.
Ayudará a los candidatos que asistan a conectar con los votantes de Nevada, el cuarto estado en orden de votación en las primarias, y a recibir buena publicidad a nivel local por apoyar un evento social, cultural local. No será retransmitido a nivel nacional, pero sí por una radio estatal y una televisión local, y cubierto por los periódicos del estado.
"Ganar Nevada supondría un gran impulso en esta larga caminata" de los candidatos, dice Laxalt. "Un puñado de visitas en este estado pueden hacer oscilar el estado."
Y el evento también ayudará al anfitrión a elevar su perfil público. Jon Ralston, el analista político más famoso de Nevada, escribe en una interesante semblanza en el Reno Gazette-Journal sobre el meteórico y sorprendente ascenso de Adam Laxalt, quien los vascos esperamos que con un poco de suerte algún día pueda convertirse en el primer Presidente vasco de EEUU.
Con 36 años, este católico vasco de cuarta generación veterano de la guerra de Iraq y graduado por la Universidad de Georgetown es el fiscal general más joven de la Unión.
"Hace un año, casi nadie le daba muchas posibilidades de convertirse en fiscal general," recuerda Ralston, que menciona cómo, aunque nació en Reno, entonces era un recién llegado al estado de su abuelo. "Hoy, Laxalt está a punto de convertirse en un jugador de las elecciones presidenciales. ¿Cómo es posible?"
"Después de derrotar al entonces Secretario de Estado Ross Miller con una victoria sorpresa en una marea roja [republicana], Laxalt ha comenzado discretamente a establecerse como alguien a ser considerado a través de una incansable campaña de relaciones públicas, apariciones regulares en eventos políticos y siendo fiel a la personalidad conservadora que proyectó en su campaña," explica Ralston. "Para bien y para mal, Laxalt ha traído la política de vuelta a la oficina del fiscal general, elevando el perfil del cargo de una manera que ningún fiscal general reciente había hecho, posicionándose como el principal crítico con la administración Obama en Nevada."
Laxalt ha tenido varios encontronazos con el más moderado Gobernador Brian Sandoval, "pero el fiscal general novato parece impertérrito en el papel del más prominente republicano conservador del estado, incluso a costa de perder el compañerismo con Sandoval."
Eso le ha otorgado protagonismo en los medios de comunicación estatales "en los anuncios de las sentencias por el fraude en el Medicaid o en la formulación de cargos por invasiones de la propiedad."
"Desde que juró el cargo hace siete meses," cuenta Ralston, "Laxalt ha emitido más de 100 comunicados de prensa, una media de unos tres por semana. Ningún otro cargo electo se le acerca; por comparar, Sandoval ha emitido una tercera parte desde enero."
"Está intentando ir demasiado lejos, demasiado rápido," y eso no siempre sale bien, pero tendremos que seguir con atención la carrera del joven Laxalt.
"No sorprende que su nombre esté siendo mencionado como posible candidato al Congreso, al Senado o a gobernador. Está en muchas conversaciones, y debería estarlo," escribe Ralston.
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