miércoles, 19 de agosto de 2015

Scott Walker reajusta su estrategia para recoger el descontento de los republicanos con su propio partido, que es lo que está lanzando a los candidatos no políticos (Trump, Carson y Fiorina)

Scott Walker el lunes en la feria estatal de Iowa. (Foto: @rick_wiley)

"En una conferencia telefónica, en conversaciones cara a cara y en una comida el martes, el gobernador de Wisconsin y favorito de los conservadores anti-sindicatos dijo a sus partidarios que su campaña se está moviendo hacia una postura más agresiva y que buscará acceder al fervor anti-establishment que está alimentando el ascenso de Donald Trump y otros candidatos 'outsiders','" informan Jenna Johnson y Sean Sulliavan en The Washington Post.

"Durante una conferencia telefónica el lunes por la tarde con importantes recaudadores de fondos, Scott Walker (R) y el director de su campaña fueron relativamente sinceros en su estimación de los defectos de la campaña," cuentan Johnson y Sullivan. "Walker dijo que la campaña se esforzaría por hacerlo mejor en tres áreas: protesta, pasión y formulación de políticas concretas."

"Necesitamos recordarle a la gente no solo que nos enfrentamos a los sindicatos y a los demócratas, sino que tuvimos que enfrentarnos al establishment de nuestro propio partido, a esos que no querían enfrentarse al status quo," dijo Walker en la conferencia telefónica. "Una cosa que he escuchado sobre el primer debate es: 'Estuviste bien, no cometiste errores, pero la gente quiere sentir la pasión.'"

Si hasta ahora Walker intentaba ser el candidato más capaz de construir un puente entre el establishment republicano y las bases conservadoras, a partir de ahora parece que va a concentrarse en convertirse en el candidato que recoja la frustración de las bases conservadoras con el ala gobernante del partido, porque teme que si permanece en mitad del puente al final pueda quedarse sin lo uno ni lo otro.

Eso supone seguramente tener que asumir posiciones de mayor dureza en política migratoria. Pero el gobernador de Wisconsin debe tener cuidado si en el intento no quiere espantar a los grandes donantes, que por lo general suelen ser pro-inmigración.

Por ejemplo, Walker dijo el lunes que podría apoyar la propuesta de Trump de denegar la ciudadanía a los hijos de ilegales nacidos en EEUU, pero poco después dio marcha atrás y dijo que otras reformas podrían hacer innecesaria esa medida.

¿Qué fue lo que le hizo recular? Probablemente la opinión de grandes donantes como Stanley Hubbard, el magnate de los medios de comunicación de Minnesota que apoya a Walker, que declaró al Post que "podría cambiar rápidamente su compromiso" con Walker y apoyar a otro candidato si el gobernador de Wisconsin no apoya el derecho a la ciudadanía por nacimiento.

Lo que tiene más claro Walker es que "en lugar de perseguir a Trump, necesitamos perseguir a sus votantes."

"La manera de manejar la frustración [de esos votantes] no es golpeándolo a él, sino diciendo que nosotros también compartimos esa frustración," explicó Walker a sus partidarios.

Walker cree que puede serle de ayuda enfrentarse a los activistas de sindicatos de funcionarios que le persiguen en todos sus viajes electorales. Normalmente evita enzarzarse con los manifestantes, pero el lunes no dudo en hacerlo en la feria estatal de Iowa, provocando una de las escenas con más pasión que hemos visto en la precampaña. Provocar más escenas como esa puede ayudarle con el tipo de votantes que está propulsando a Trump.

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