The New York Times lleva varios días publicando informaciones sobre Marco Rubio (R). Primero nos contó que el senador por Florida ha cometido 4 infracciones de tráfico en los últimos 18 años - que es muy poco en Miami -, y que su mujer ha cometido 13 en el mismo período.
Ahora el diario neoyorkino ha puesto el foco en los problemas financieros de Rubio, cuestionando sus hábitos de gasto. Nos cuenta que en el pasado utilizó una tarjeta de crédito del Partido Republicano para sufragar algún gasto personal, como la pavimentación de su casa o algunos viajes de miembros de su familia - un asunto que ya sacaron sus rivales durante su campaña al Senado en 2010.
El Times también nos dice que cuando entró en política, Rubio tenía una gran deuda, que según el senador se debía a que se tuvo que endeudar para pagar sus estudios universitarios, pero que según el Times se debía también a que le gusta gastar. Rubio saldó su deuda estudiantil con lo que ganó con su primer libro autobiográfico, pero también utilizó el dinero para adquirir algunos artículos de lujo, como la compra de una lancha rápida por 80,000 dólares o el alquiler de un coche Audi Q7 por 50,000 dólares, lo que para el Times son desembolsos caprichosos.
Las revelaciones no parecen gran cosa, pero pueden - es lo que buscan - descentrar al candidato.
Team Marco ha respondido señalando que lo único que demuestran los datos es que Rubio no es rico y que sus decisiones financieras no han estado guiadas por la ambición de hacerse rico. El candidato está utilizando el asunto para generar solidaridad entre los conservadores y recaudar fondos con el argumento de que los medios demócratas lo están atacando porque lo consideran el rival más fuerte.
Pero puede que los demócratas no sean los únicos interesados en socavar a Rubio. La semana pasada, Mark Halperin (Bloomberg Politics) revelaba que varios partidarios de Jeb Bush le estaban confesando que ahora mismo consideran a Rubio "el hombre a batir." Y los asesores de Bush, por cercanía geográfica y por colaboraciones en el pasado, son seguramente los que mejor conocen tanto los puntos fuertes como los puntos débiles de Rubio, así como los asesores de Rubio deben ser los que más saben de Bush.
Más allá de los intereses que haya detrás de los esfuerzos del Times, los periodistas de los grandes medios, en el habitual ejercicio de corporativismo, han salido a defender al periódico de las críticas de los conservadores.
John Heilemann (Bloomberg Politics) cree que forma parte del escrutinio normal al que la prensa somete a un candidato nuevo en el primer año y que no ahuyentará a los donantes de Rubio.
"The New York Times está investigando a Marco Rubio. ¿Por qué la gente se sorprende tanto?," se pregunta Chris Cillizza en The Fix.
Yo creo que esta polémica va a reforzar aún más a Marco Rubio. Es obvio que es el candidato a batir. Todos sabemos lo sucio que juegan los Bush; que se lo pregunten a McCain en el año 2000 en la primaria de Carolina del Sur.
ResponderEliminarThe New York Times es la cuna del liberalismo en Estados Unidos. Saben de sobre que el candidato que ganaría a Hillary en una elección general es Marco Rubio. Minar la candidatura de Rubio es su objetivo.
ResponderEliminarTodos los medios liberales han dado su "apoyo" a Jeb Bush............... saben de sobre que Bush es un chollo en una elección general y que Hillary le ganaría sin complicación ninguna. Bush quizás podría arrebatar a los demócratas la Florida el resto de los territorios exactamente igual que en 2012. Coincido con el primer post que en cuanto el Partido Republicano se quite de enmedio ese apellido entonces podrán renovarse. Uno podrá estar de acuerdo o no con Marco Rubio pero Marco Rubio supone una renovación generacional amplia.
The New York Times no cambia. Da asquito.
Pero el New York Times también las ha tenido con Hillary con el tema de los emails. Y en 2004 masacraron a Bush con informaciones sobre Iraq que llegaban desde Inteligencia.
ResponderEliminarNo sé si es tanto la ideología o si es más un programa/agenda y estos medios son utilizados para presionar a las figuras públicas en momentos concretos por alguna razón. Por ejemplo, el papel que tiene El Mundo en España. El Mundo es el periódico de los malos, de los corruptores, para presionar a los corrompidos.
Del New York Times, al igual que de otros medios, como POLITICO, siempre me ha llamado la atención algo. La desproporción que uno encuentra en el origen de los apellidos de los que allí trabajan, desde arriba hasta abajo.