jueves, 11 de junio de 2015

'Team Bush' reconoce errores de cálculo y diferencias internas


"Los primeros seis meses de Jeb Bush (R) como un candidato casi declarado han estado definidos por una serie de errores de cálculo que han menguado considerablemente su posición antes de su entrada formal en la carrera el próximo lunes," escriben Ed O'Keefe y Robert Costa en The Washington Post.

Relatan un episodio que ilustra la situación: "Cuando los grandes donantes del partido se reunieron en Dallas a finales de mayo para una reunión de la mesa ejecutiva de la Asociación de Gobernadores Republicanos, el sentimiento mayoritario, según varios participantes, era que Jeb Bush no era un candidato tan formidable como muchos pensaban que iba a ser. Algunos manifestaron tajantemente que no creían que pudiera ganar la nominación. La gente cercana a Bush empezó a ponerse ansiosa, según un importante recaudador de fondos del partido conectado con sus asesores - y las cosas empezaron a deteriorarse dentro del equipo de Bush."

Personas cercanas al círculo de confianza del ex gobernador de Florida contactadas por el Post describen "una operación exploratoria excesivamente optimista, incluso arrogante," en la que "los errores estratégicos empeoraron debido a traspiés inesperados del aspirante a candidato y las luchas internas dentro de su equipo, que han culminado en una reorganización de personal esta semana."

Ahora creen que la táctica de apostarlo todo a intentar apabullar a sus potenciales rivales desde el comienzo esperando a que no se presentasen ha sido "errónea" porque es posible que, aunque recaude más fondos que nadie, no alcance los 100 millones de dólares que presumía que recaudaría antes de mediados de junio, porque el entusiasmo inicial de los donantes se ha enfriado en el último trimestre.

El plan funcionó en un principio, cuando Bush se adelantó por sorpresa a todos sus rivales anunciando la creación de un comité exploratorio en diciembre. "Eliminó muy pronto a un posible adversario cuando Mitt Romney decidió no volver a presentarse." Incluso "su vigorosa entrada dejó magulladas las posibilidades del Gobernador de New Jersey Chris Christie." Pero subestimó a rivales más conservadores que están más en sintonía con la intensidad de la insatisfacción de las bases, como Scott Walker, Rand Paul o Marco Rubio, que no se han resignado a aceptar que sea el turno de Bush. "No consideraron a Rubio como un probable oponente, pensando que decidiría no desafiar a su antiguo mentor, pero se demostró que se equivocaban cuando el joven y telegénico cubanoamericano entró en la carrera."

En cuanto al discurso del candidato, "Bush se ha aferrado a su promesa de no desplazarse hacia la derecha para ganar la nominación, pero sus posiciones intermedias en inmigración y educación han resultado ser más desconectadas de las bases del partido que astutamente pragmáticas. Y sus diálogos de empollón de preguntas y respuestas con los votantes a veces han parecido más clases de universidad que un encantador reclamo para votantes."

La consecuencia es que "se ha deslizado en las encuestas pasando de estar en la posición de presunto favorito a ser uno de varios candidatos que se confunden en la parte de arriba de un pelotón cada vez más abarrotado."

"Percibibiendo la vulnerabilidad de Bush," otro favorito del establishment, el Gobernador de Ohio John Kasich, ha visto de pronto las puertas abiertas y "se prepara para entrar en la competición y pelear por los mismos donantes que Bush ya había atraído."

Kasich admitió hace unos días a un grupo de empresarios de New Hampshire que no pensaba que tendría esta oportunidad porque "francamente, pensaba que Jeb chuparía todo el aire que había en la sala, pero eso sencillamente no ha ocurrido."

"Hemos aprendido que la perspectiva de una gran ventaja financiera no va a mantener a la gente fuera de la competición y que la noción de una cara nueva es más fuerte de lo que podíamos haber pensado," declara al Post Vin Weber, un asesor externo de Bush. "Eso requiere pequeños ajustes en la estrategia, no cambios a gran escala."

"Los donantes se estaban poniendo un poco nerviosos" ante la aparente falta de avances, admite Weber. "Nadie está preparado para abandonar el barco. Nadie ha perdido el ánimo. Pero han visto cómo otros candidatos suben en las encuestas."

A diferencia de Hillary Clinton en 2008, que no reaccionó hasta que ya era demasiado tarde, en Team Bush quieren creer que se han dado cuenta a tiempo para corregir el rumbo.

El equipo del ex gobernador de Florida y sus grupos aliados se están preparando para "atacar los historiales de sus rivales republicanos, en especial a los Senadores Marco Rubio, de Florida, y Rand Paul, de Kentucky, y el Gobernador de Wisconsin Scott Walker. Un verano que habían concebido como una temporada para hacer una lenta y tibia presentación a los votantes está a punto de convertirse en una batalla mientras Bush intenta recuperar su lugar en lo alto del pelotón."

1 comentario:

  1. Sinceramente creo que Bush no va a ser candidato. Si quiere atacar a sus correligionarios republicanos creo que estos lo tendrían muy fácil para defenderse y contraatacar. ¿Otro Bush a la Casa Blanca? Solo con hacer esa pregunta es más que suficiente para evaluar otras opciones. ¿Que propone Bush? ¿la vuelta de los asesores de su padre y de su hermano?. En política exterior creo que va a tener un dilema entre los Baker de turno y las Condi Rice de turno.....
    Renovarse.... eso es lo que debe de evaluar los republicanos y tienen formidables candidatos desde el Senador Rubio, al Senador Paul pasando por el Gobernador Walker.

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