Mitt Romney (Foto: Reuters) |
Dijo Grover Norquist que la ambición por ser Presidente de EEUU "es como la malaria: una vez que la coges, nunca se va del todo," y Mitt Romney parece empeñado en corroborar esa teoría.
"Todos los aquí presentes podéis ir a contarles a vuestros amigos que estoy considerando presentarme," les dijo ayer Romney a 30 antiguos donantes de sus anteriores campañas durante una reunión privada celebrada en el despacho de Manhattan del propietario de los New York Jets, Woody Johnson, informa POLITICO.
Entre la treintena de donantes que se encontró con Romney estaban, según The Boston Globe, Emil Henry Jr., antiguo oficial del Departamento del Tesoro; Alexander Navab, de la firma financiera KKR; Patrick Durkin, director ejecutivo de Barklays; Clifford Sobel, socio de Valor Capital Group; y Edward C. Forst, principal ejecutivo de Cushman & Wakefield.
"Si no quisiera ser Presidente, no se hubiera presentado dos veces," declaró al Globe Spencer Zwick, director financiero de las anteriores campañas de Romney, que estuvo presente en la reunión de ayer. "Es una persona que siente en su corazón y en su alma que puede salvar el país. No creo que sea capaz de sentarse a un lado, sabiendo lo cualificado que está, y simplemente cederle la Presidencia a Hillary Clinton o a alguien más," añadió Zwick, dando a entender que existen buenas probabilidades de que termine presentándose.
Patrick O'Connor y Beth Reinhard amplían en The Wall Street Journal que Romney "no dio un calendario sobre cuándo tomaría una decisión final, pero señaló algunas razones para otra campaña, citando la agitación en el extranjero y la preocupación por la salud a largo plazo de la economía."
Dos días antes, el ex gobernador de Massachusetts cenó con veteranos asesores de sus dos campañas presidenciales cerca de San Francisco, en California, informa Robert Costa en The Washington Post. En la cena estuvieron Lanhee Chen (director político de su campaña en 2012), Andrea Saul (secretaria de prensa nacional de su campaña en 2012), y Ben Ginsberg y Katie Biber Chen (consejeros de su campaña en 2012).
Se interpreta que Romney se ha visto obligado a lanzar un guiño a los donantes por la presión que Jeb Bush ha inyectado en la carrera republicana con la creación de un súper PAC para empezar a recaudar fondos. Bloomberg Politics informaba ayer que Bush se ha propuesto recaudar 100 millones de dólares en los tres primeros meses del año para infundir el desaliento en sus potenciales rivales, inspirándose en la experiencia de su hermano, George W. Bush, quien en la primera mitad de 1999 rompió todos los récords recaudatorios con su comité exploratorio, "presionando a otros aspirantes, como Elizabeth Dole, Dan Quayle, John Kasich y Lamar Alexander a terminar sus campañas rápidamente o a decidir no empezar una."
En el círculo de confianza de Romney habría terminado imponiéndose la opinión que el miércoles expresaba a The Washington Post el ex Congresista Vin Weber, un importante aliado de Mitt en el pasado. "Cometerían un error si creen que su posición [el ser el último nominado republicano] le permite esperar mucho tiempo," dijo Weber. "Lo que Bush entiende es que la ventaja de tener la condición de favorito es que muchas personas se apuntarán temprano" a su campaña. Por lo tanto, para no comprometerse con Bush y esperar a Romney, sus potenciales donantes necesitaban un gesto, una señal que les permitiera conocer las intenciones del ex gobernador de Massachusetts.
Zeke J. Miller cuenta en Time que algunos aliados de Romney creen que solo está buscando agitar un poco las aguas y observar qué ocurre. "Miembros del círculo de confianza de Romney se mantienen escépticos sobre que el dos veces aspirante presidencial haga una tercera campaña a la Casa Blanca," incluso después de sus palabras de ayer, escribe Miller.
El pronunciamiento de Romney puede obligar a mover ficha a Chris Christie y Marco Rubio, los otros potenciales pretendientes a correr con el apoyo del establishment y de Wall Street.
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