El Senador Ted Cruz (R) visitó ayer Fort Worth, Tyler y Kingwood, tres ciudades de la mitad Este de Texas, como parte de una gira que bautizó como "Texas es territorio Cruz."
Os preguntaréis: ¿por qué Cruz hace campaña en su estado?
La respuesta: Texas votará junto a otros estados en el Súper Martes del 1 de marzo, la primera cita electoral después de los primeros cuatro estados (Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur) de feberero; con más de un centenar de delegados, Texas será con diferencia el premio gordo del Súper Martes; y por primera vez en muchas décadas, el estado puede tener mucho peso a la hora de consolidar las aspiraciones de un candidato conservador insurgente, como lo tuvo en 1976 para la candidatura de Ronald Reagan, como podéis leer en el libro 'La resurrección de Reagan: cuatro semanas en Texas que cambiaron la política americana para siempre.'
"Vamos a ganar el estado de Texas," dijo Cruz repetidamente en sus mítines con una enorme bandera del estado de la estrella solitaria o el logotipo de su campaña al fondo.
"La gente está cansada de conservadores de campaña," es el eje de su mensaje para intentar ganar las primarias republicanas. "Están buscando a un líder conservador consistente que tenga los mismos valores conservadores ayer, hoy y mañana."
Cruz espera que otros candidatos que se acerquen a Texas pronto se den cuenta de que ésa es su base electoral.
"Puede que descubran que el camino es difícil, pero doy la bienvenida a todos ellos al estado de Texas," declaró a la prensa.
El senador texano estaría especialmente encantado de que Jeb Bush compita con fuerza allí, por el enorme simbolismo que tendría derrotar por segunda vez a los Bush en Texas.
"El equipo de Ted Cruz cree que ya derrotaron a Jeb Bush - hace tres años," escribe Theodore Schleifer en CNN, recordando la victoria de Cruz sobre el Vicegobernador David Dewhurst en la primaria republicana de 2012 para ser el candidato del partido al Senado. "Eso fue cuando Cruz, un joven abogado con un corto currículum pero con talento político se abrió paso en un pelotón abarrotado solo con el dinero suficiente y los 'endorsements' suficientes para destronar a un héroe del establishment con más dinero del que un candidato nunca podría esperar."
"Sus asesores, aliados y donantes que sueñan con una final Cruz-Bush siempre se remontan a su acojonante victoria de 2012 vienendo desde atrás," escribe Schleifer.
La estrategia aplicada a la campaña presidencial es la misma: "Recaudar suficiente dinero para ir a la larga distancia, cortejar a los seguidores de otros candidatos conservadores que inevitablemente se retirarán, y emerger en primavera como la clara alternativa conservadora a un favorito del establishment como Bush."
"He visto antes llevar a cabo esto," dice John Drogin, quien dirigió la campaña de Cruz al Senado en 2012 y ahora dirige uno de sus súper PACs. "Muchos de los votantes conservadores de las primarias están pensando, o incluso diciendo: por fin tenemos un conservador consistente que puede recaudar dinero y librar una campaña eficaz. Y creo que eso es lo que sintieron también en la carrera [al Senado] de 2012."
La mayor parte del personal de aquella campaña está trabajando ahora en el cuartel general de la operación presidencial de Cruz en Houston, y están convencidos de que "el manual de estrategia funcionará otra vez."
Uno de sus principales aliados en Texas, el Congresista John Ratcliffe, quien el año pasado derrotó al dinosaurio Ralph Hall, se lo recordaba ayer al público mientras presentaba a Cruz en sus eventos.
"Muchos de vosotros os movilizasteis, hicisteis llamadas y tocasteis puertas y os levantasteis e hicisteis posible que Ted Cruz se convirtiera en el Senador Ted Cruz," dijo Ratcliffe. "Y ahora necesitamos que os levantéis para asegurarnos de que el Senador Ted Cruz es el Presidente Ted Cruz."
En técnica y contenido, Cruz se está inspirando en Reagan '76
Aunque distinto en carácter, tanto en mensaje como en estrategia electoral, Cruz es probablemente el candidato más parecido a la primera versión de Ronald Reagan (la versión insurgente, la de 1976) que hayamos visto en estos últimos años.
Reagan dijo en 1975: "Más de la mitad de los que no fueron a votar [en 1974] dijeron en las encuestas que ya no hay ninguna diferencia en qué partido gane. Ahora, otros han tomado otra dirección. Hay algunos entre nosotros, y yo respeto sus opiniones, que sugieren que eso significa el fin del Partido Republicano y que deberíamos formar un tercer partido. ¿Puedo sugerir una alternativa a eso? Tengamos un nuevo primer partido. Un Partido Republicano que ice una bandera pintada en colores atrevidos, no en tonos pastel. Una bandera reconocible al instante como defensora de ciertos valores en los que no sé cederá. Sí, debemos ampliar nuestra base, pero ampliémosla de la manera en que lo hicimo en 1972. Porque esos americanos... demócratas, independientes y republicanos todavía están ahí fuera buscando una bandera alrededor de la cual reunirse. Y tenemos lo que quieren. Pero ellos no lo saben. Y a veces me pregunto si nosotros lo sabemos."
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