viernes, 8 de enero de 2016

Las ciudades que adoran a Trump

"Los alborotados y bulliciosos eventos que están definiendo e impulsando la campaña presidencial de Donald Trump (R) generalmente no son los que celebra en los primeros estados de las primarias, como Iowa o New Hampshire," escribe Jenna Johnson en The Washington Post tras haber hecho un estudio de las zonas visitadas por Trump en su aventura electoral más allá de los habituales estados de las primeras primarias.


"Trump es definido cada vez más por los mítines que celebra en ciudades que rara vez ven a candidatos presidenciales en una etapa tan temprana del proceso, si es que alguna vez los ven," indica Johnson. "A menudo también son lugares que están pasando dificultades: Mobile, Alabama, donde el índice de desempleo es todavía más alto que el índice nacional y los índices estatales; Springfield, Illinois, donde la industria de manufacturas todavía no se ha recuperado de la recesión; y Beaumont, Texas, que está sufriendo los efectos de los bajos precios de la gasolina que el resto del país está celebrando."


Otro ejemplo es Lowell, Massachusetts, "donde solo uno de cada cinco habitantes tiene una licenciatura, la media de ingresos familiares es de unos 49,500 dólares, por debajo de la media nacional y estatal, y el 19 por ciento de los 110,000 habitantes de la ciudad vive en la pobreza."




En sus visitas a esas ciudades deprimidas o indignadas del Sur, el Noreste y el Medio Oeste industrial, el rey de Manhattan "atrae a miles y miles de seguidores que esperan horas de calor sofocante o frío polar para escucharle hablar. Se presenta a sí mismo como un 'underdog' que caga a palos al sistema con algo de sentido común básico, y sus mayores vítores llegan cuando aporrea a los demócratas, el establishment republicano, los medios de comunicación, las corporaciones avariciosas o cualquier otra institución que haya abandonado a las personas. Recibe ovaciones de pie por sus promesas de traer de vuelta los empleos industriales del extranjero y construir un muro en la frontera sur para impedir la entrada a inmigrantes ilegales, terroristas y drogas."


El director de su campaña (campaign manager),
Corey Lewandowski, un consultor y activista republicano de 41 años de New Hampshire que se está estrenando en campañas presidenciales, explica al Post que su equipo está siendo "muy, muy juicioso en su selección de las localizaciones de los mítines, buscando lugares donde los residentes hayan desaprovechado las oportunidades y donde el mensaje de Trump pueda resonar."


Lewandowski señala que "muchos de los lugares que Trump visita no son los bastiones conservadores donde los candidatos presidenciales republicanos se aventuran normalmente. En lugar de eso, Trump a menudo escoge ciudades repletas de demócratas de cuello azul (obreros) insatisfechos y republicanos que se sienten como si no tuvieran voz."


El estudio de Johnson para el Post concluye que la mayoría de ciudades de más de 15,000 habitantes visitadas por Trump en los últimos meses
tiene unos ingresos familiares por debajo de la media nacional y menos propietarios de viviendas.




Buscando referencias en el cine, que siempre ayuda a ilustrar, sería la América que tendríamos como resultado de una mezcla entre Blue Collar (1978) de Paul Schrader, The Fighter (2010) de David O. Russell, American Splendor (2003) de Robert Pulcini, Clerks (1994) de Kevin Smith y El experto (1996) de Christopher Guest. O si nos vamos a la televisión lo veremos más claro: Roseanne (1988-1997) y su ciudad imaginaria de Lanford, en el condado de Fulton, Illinois - esa es la familia estándar que veríamos hoy en un mitin de El Donald.

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