Mitt Romney ayudando al candidato al Senado Tom Cotton hace unos días en Arkansas. (Foto: Michael Hibblen/KUAR News/UALR Public Radio) |
Hoy no ha habido ningún invitado de interés en los talk-shows domingueros, así que he decidido detenerme en el fenómeno imprevisto del año: el revival de Mitt Romney.
The Wall Street Journal repasaba gráficamente esta semana lo que describe como "el 'comeback' veraniego de Romney."
Está siendo sin duda la sorpresa de este 2014 en la precampaña de las elecciones de 2016. Una rareza digna de análisis porque salvo el extraordinario caso de Al Gore - extraordinario e incomparable porque ganó el voto popular -, hace décadas que un nominado perdedor no sonaba con tanta fuerza y realismo para volver a intentarlo. Es cierto que John Kerry se lo estuvo pensando durante todo 2006, pero no era ni mucho menos la opción preferida de los demócratas, era visto como un perdedor. Romney, sin embargo, destroza a su más inmediato perseguidor republicano - le saca 25 puntos - en la última encuesta del caucus de Iowa realizada por la Suffolk University, que se suma a su ventaja de 22 puntos en la encuesta de New Hampshire de WMUR el mes pasado.
Parece claro, pues, que el tener una nueva oportunidad está ahora mismo en sus manos. Si quisiera, ni siquiera tendría que esperar a que otros fallen porque, al menos en las primarias, parte de una mejor posición que todos los demás - ¡el 35% de la intención de voto en el caucus de Iowa!
Su decisión de no volver a intentarlo sigue siendo firme. Estos días habréis leído en los medios que el ex gobernador de Massachusetts abría ligeramente la puerta a una tercera candidatura presidencial, declarando en una entrevista de radio que "las circunstancias pueden cambiar," pero la respuesta - y el tratamiento que se le ha dado - reflejaba más el deseo del entrevistador - y el furor que hay en la prensa especializada con este asunto - que el pensamiento de Romney.
Os dejo la transcripción completa de la parte en la que habla sobre el 2016 en la entrevista con Hugh Hewight:
HUGH HEWITT: "Lo sé, Gobernador, usted ha dicho a todo el mundo que le ha preguntado que es muy improbable que se presente por tercera vez a la Presidencia. Pero si esa circunstancia inusual ocurriera, ¿qué haría diferente esta vez?"
GOBERNADOR ROMNEY: (Risas) "Bueno, no voy a presentarme, pero puedo dar muchos consejos a muchas personas que van a presentarse. Y ya sabe, hay muchas cosas que les diría. Primera, creo que tenemos que trabajar en etapas tempranas en los medios hispanos para que nuestro mensaje llegue alto y claro a los votantes hispanos. Creo que invertimos poco en los medios hispanos, y creo que no supervisamos ni contraargumentamos lo que la gente de Obama estaba diciendo. Muchas de las cosas que decían eran de naturaleza electoralista, cosas que no creía que fueran justas. Pero ya sabes, las elecciones funcionan así, pero debimos haber respondido a esas cosas, desmantelarlas, decirle a la gente lo que pensábamos, y creo que lo hubiéramos hecho mejor con los votantes hispanos. Creo que tenemos que hacer eso en especial en estados como Texas y Florida, así como en Nevada y Arizona, donde los votantes hispanos constituyen una gran parte del electorado."
HUGH HEWITT: "Ahora el presidente [del Partido Republicano] Reince Priebus ha introducido un montón de reformas. Va a limitar los debates a entre ocho y doce. Hay un calendario para febrero, no para enero, en Iowa, New Hamopshire, etcétera. La convención va a ser en julio como muy tarde, puede que en junio, pero probablemente el 18 de julio. Todo esto lo hace más racional, ¿no cree?"
GOBERNADOR ROMNEY: "Sí, lo hace. Después de que la campaña concluyera, creo que Reince Priebus tuvo la sabiduría de juntar a un grupo de asesores y decir, vamos y hagamos una reflexión, hablemos con algunas personas, veamos qué tipo de reformas podemos hacer para tener un mejor proceso de nominación. Y yo hablé con esas personas, y fráncamente, las cosas que les sugerí son las cosas que están haciendo. No me apunto el tanto. Solo digo que somos del mismo parecer en esto. Diez o doce debates son suficientes. En veinte, veintidós debates, empiezan a hacerte preguntas estúpidas, y los comentaristas tratan de hacerse famosos, y eso no funciona. Así que son unas buenas reformas. Creo que ayudarán al proceso, y al final, dependerá del candidato."
HUGH HEWITT: "Gobernador Romney, como fue usted gobernador de Massachusetts, conoce su historia revolucionaria. Por lo tanto, quiero citarle un poco a Thomas Paine el 23 de diciembre de 1776. La llamaron la hora más oscura de la Revolución. Es anterior a la batalla de Trenton y a cruzar el río Delaware, después de seis meses de miseria y derrotas. Thomas Paine escribe sus famosas primeras palabras sobre la crisis: "Estos son tiempos que ponen a prueba el alma de los hombres. El soldado en verano y el patriota en tiempos tranquilos se abstendrán en esta crisis de prestar servicios a su país, pero el que puede resistir ahora merece el amor y el agradecimiento de hombres y mujeres." Así que la pregunta es, ¿Si personalmente usted creyera, si creyera de verdad, genuinamente, que es el único candidato que podría derrotar a Hillary, y esa impresión fuese confirmada por su familia, por sus amigos, y por respetados asesores políticos, no se sentiría entonces obligado a presentarse?"
GOBERNADOR ROMNEY: (Risas) "Bueno, Hugh, la razón por la que llegué a la conclusión a la que llegué, que es que este no es el momento correcto para que yo me presente, es porque creo que alguien más tiene mejores posibilidades de ganar que yo. Si ese no hubiera sido el caso, si creyera que yo sería realmente el mejor colocado para derrotar a Hillary Clinton, entonces me presentaría. Pero creo de verdad que alguien nuevo, que no está definido todavía, alguien que puede que sea de la siguiente generación, será capaz de prender y, potencialmente, forjar un movimiento y ser capaz de derrotar a Hillary Clinton. Si creyera que ese no es el caso, bueno, estaría pensando en presentarme. Pero creo que tenemos un grupo de gente muy buena que está pensando en competir. Yo espero que alguien sea capaz de prender y terminar la tarea."
HUGH HEWITT: "Le estoy presionando, y me estoy aprovechando de una larga relación de cercanía, y perdóneme por esto, pero ese es un argumento a cambiar, ¿cierto? Las candidaturas se derrumban, las circunstancias cambian. La gente que organiza las campañas se acerca a ti. Y no le estoy pidiendo que me diga, 'Sí, estoy en la carrera.' Pero las circunstancias cambian. Y si creyera que de hecho usted es el único que puede hacer esto, cambiaría de opinión, ¿no es así?"
GOBERNADOR ROMNEY: (Risas) "No voy a presentarme, Hugh. Sé que me va a presionar, pero ya sabe, esto es algo en lo que pensamos mucho cuando en etapas tempranas decidí que no vamos a presentarnos esta vez. Y dijimos, ya tuve la oportunidad de presentarme. No gané. Alguien más tiene mejores posibilidades que yo. Y eso es lo que creemos, y por eso no me presento. Y ya sabe, las circunstancias pueden cambiar, pero secillamente no voy a dejar que mi cabeza esté en eso. Recuerdo aquella gran frase de 'Dos tontos muy tontos', donde..."
HUGH HEWITT: "¿Espera, me estás diciendo que tengo una oportunidad?"
GOBERNADOR ROMNEY: "Eso es. La recuerda. '¿Me estás diciendo que tengo una oportunidad? Una entre un millón.'"
HUGH HEWITT: "Lo importante es que las circunstancias pueden cambiar. Sé cómo vamos a enfocar esto. Pero espero que no sea la tontería de Harold Stassen, que omite los mucho más improbables retornos de Reagan y Nixon, y Dewey y Stevenson y William Jennings Bryan. De hecho, ni siquiera Stassen se convirtió en un hazmerreír hasta su campaña del 64. Sus cuatro candidaturas previas fueron asuntos muy serios... Ha sido muy claro en que ahora mismo no se presenta. Yo simplemente me mantengo a la espera. Me preguntan en todos los sitios a los que voy porque escribí un libro sobre usted, '¿Se ha enterado si hay una puerta abierta?' Y yo respondo, 'No. Él siempre dice no, no, no,' pero también digo siempre que creo que usted cree que si fuera el único tipo que pudiera ganar, lo haría."
GOBERNADOR ROMNEY: "Ya sabe, digamos a todos los tipos que se presentan que se unan y digan, 'Hey, hemos decidido que no podemos hacerlo, tú debes hacerlo.' Esa es la única oportunidad entre un millón en la que estamos pensando."
Conclusión: En principio Romney no se presenta y su decisión parece consistente, pero la gente seguirá hablando de ello y no sabemos cómo puede terminar afectando eso a un hombre que por fin se siente querido por los votantes - siempre fue respetado y tomado en serio, por su trayectoria profesional, por su habilidad para recaudar fondos, o incluso por su atractivo físico (un reportaje de la revista People que lo nombraba como una de las personas más guapas del planeta en 2002 le fue de gran ayuda en su campaña a gobernador de Massachusetts), pero nunca fue querido; ahora sí lo es entre los que le votaron en 2012, y le votaron casi 61 millones de estadounidenses, es el tercer candidato más votado de la historia.
La cuestión es si ese repentino amor se debe a la atracción que se suele sentir por algo cuando ya no está a tu alcance. Cuanto más se resista a ser candidato, más se enamorarán de él sus votantes. Pero si vuelve a ser un candidato más, ¿perdurará ese amor?
Escribe Chris Cillizza en The Fix que "Romney es un hombre de negocios; toma decisiones basándose en hechos y no en el instinto. Y ha concluido que, por la razón que sea, el público americano no quiso lo que les vendió en 2012." Además, "Romney lleva en el juego presidencial el tiempo suficiente para saber que tan pronto pase de ser inalcanzable a decir "demonios, puede que lo haga," todos los problemas contra los que tuvo que luchar en 2008 y 2012 - ¿Es suficientemente conservador? ¿Está demasiado desconectado? ¿Es su religión "normal"? - reaparecerán."
Seguramente por eso no quiere dejarse llevar por la excitación, o como él dice, "No voy a dejar que mi cabeza esté en eso."
Pero esa realidad no va a detener el parloteo de sus seguidores ni a los comentaristas políticos que saben que un nuevo intento de Romney tendría mucho morbo. Y Cillizza cita tres razones de por qué el ruido no va a parar:
1. "Hay una historia potente - sobre todo entre los republicanos - de que Romney tenía razón en la mayoría de las cosas que dijo en 2012 sobre el Presidente Obama y el país. Desde su predicción sobre Rusia como enemigo geopolítico número uno de América a sus advertencias sobre los cambios en los planes de seguros bajo el Obamacare, muchos republicanos - e incluso muchos independientes - pueden sentir perfectamente que no dieron suficiente crédito a las opiniones de Romney en el calor de las últimas elecciones. "Ahora está comúnmente aceptado el hecho de que Mitt tenía tanta razón sobre tantos asuntos," dice un importante ex asesor de Romney. Esa especie de arrepentimiento del comprador conduce a una mentalidad de decir, 'erramos una vez pero queremos una oportunidad para hacerlo bien esta vez,' que anima a Romney y sus números."
2. "Los candidatos del establishment para el 2016 no se ven bien. Chris Christie está todavía lidiando con el 'Bridgegate.' Scott Walker está en una campaña de reelección sorprendentemente severa. Rick Perry está lidiando con una imputación. Marco Rubio es todavía el tipo que guió la reforma migratoria en el Senado. Jeb Bush no parece demasiado interesado en presentarse. Y, mientras tanto, el candidato del que más se comenta es Rand Paul, cuyas opiniones en un montón de asuntos domésticos y de política exterior aterrorizan al establishment. Rellenas ese vacío con un probado conseguidor de votos que ya ha sido ampliamente investigado y está experimentando un resurgimiento entre la opinión pública. (Este pensamiento es especialmente predominante en la comunidad de donantes del Noreste siempre encantada de darle una cita a un reportero que plantea la posibilidad de una candidatura de Romney.)"
3. "Esto es política. Por lo tanto, nada es imposible. Si cuando terminaron las elecciones de 2008 os hubiera dicho que Hillary Clinton sería la nominada presidencial de facto de los demócratas en 2016, hubiérais torcido los ojos. O que Mark Sanford estaría de vuelta en el Congreso. O que Eric Cantor perdería una primaria contra alguien llamado Dave Brat. O un millón de cosas improbables que han ocurrido solo en la última década en política. La razón por la que este mundo es tan increíblemente absorvente es porque es increíblemente impredecible. "Ugh," dice un ex asesor de Romney cuando se le pregunta sobre otra candidatura presidencial del ex gobernador. "Nunca digas nunca jamás.""
Perder unas elecciones presidenciales es siempre devastador - mirad a Al Gore, que engordó, se dejó barba y hasta rompió su matrimonio hasta entonces ejemplar - y en muchas ocasiones es el punto y final de una carrera política. Pero ha habido ocho candidatos presidenciales que se han recuperado de una derrota y han vuelto a ganar la nominación presidencial una segunda vez - y cuatro de ellos se han convertido en Presidentes.
Thomas Jefferson fue el candidato Demócrata-Republicano en 1796 y perdió frente a John Adams, pero en 1800 ganó la revancha; Andrew Jackson fue el candidato Demócrata-Republicano en 1824 y perdió frente a John Quincy Adams, y en 1828 fue el candidato del Partido Demócrata y ganó la Presidencia; William Henry Harrison fue el nominado por los Whigs en 1836 y perdió contra el demócrata Martin Van Buren, pero cuatro años después volvió a ser candidato y ganó; Henry Clay fue nominado tres veces por tres partidos diferentes - Demócrata en 1824, Nacional-Republicano en 1832, y Whig en 1844 - y perdió las tres elecciones; William Jennings Bryan fue nominado tres veces - en 1896, 1900 y 1908 - por el Partido Demócrata y perdió las tres veces; Thomas Dewey fue nominado por el Partido Republicano en 1944 y en 1948, perdiendo las dos elecciones; Adlai Stevenson fue nominado por el Partido Demócrata en 1952 y 1956 y fue destrozado por el republicano Eisenhower las dos veces, pero aún le quedaron ganas de volver a intentarlo en 1960 aunque ya no consiguió la nominación; Richard Nixon fue el candidato republicano en 1960 y perdió contra el demócrata Kennedy, pero volvió a intentarlo en 1968 y ganó la nominación republicana y la Presidencia.
Un homenaje y reconocimiento desde aquí a todos ellos por su pasión.
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