lunes, 18 de enero de 2016

Una Presidenta funcional o un Presidente revolucionario



El cuarto debate demócrata de la temporada, el último antes de las votaciones en Iowa y New Hampshire, confirmó que el partido del burro deberá elegir entre dos modelos de dirección: resultadismo o idealismo. Desde su primera intervención, Hillary Clinton quiso destacar su capacidad para obtener resultados como gobernante. "Yo entiendo que este es el trabajo más difícil del mundo," dijo sobre la Presidencia, agregando que ella domina "todos los aspectos del trabajo."


Bernie Sanders prefirió destacar su visión y audacia para ir más lejos que los políticos convencionales. "Nuestra campaña trata sobre pensar a lo grande," dijo el senador por Vermont poniéndose como meta reducir la influencia de las grandes corporaciones. "Nada se hará de verdad salvo que tengamos una revolución política en la que millones de personas finalmente se levanten."


Sanders acusó a Clinton de haber cobrado dinero de Goldman Sachs por dar conferencias. Clinton se defendió diciendo que comparte con Sanders la idea de que los grandes bancos no pueden ser intocables y los ejecutivos tienen que pagar si cometen un delito.


En la pelea por ver quién garantiza el legado de Obama, Sanders tuvo que defenderse por haber pensado en la posibilidad de desafiar al actual Presidente en las primarias demócratas de 2012.  El senador dijo que ha trabajado en equipo con Obama en varios temas importantes, aunque es verdad que "tenemos algunas diferencias de opinión."


Por ejemplo, en sanidad, donde Clinton cree que el plan de Sanders derribaría de hecho la ley sanitaria de 2010, "uno de los grandes logros del Presidente Obama."


"Hay cosas que podemos mejorar, pero derribar y volver a empezar, haciendo retrotraer a nuestro país a ese tipo de debate contencioso, creo que es la dirección equivocada," dijo Clinton sobre los cambios propuestos por Sanders en sanidad. "Incluso cuando los demócratas estaban a cargo del Congreso, no pudimos conseguir los votos" para un programa público, señaló Clinton.


Sanders describió como "tonterías" las críticas de Clinton y dijo que su plan contempla reconocer la asistencia sanitaria como un derecho que tienen todos los estadounidenses, porque hoy, a pesar de la ley sanitaria de Obama, hay 29 millones de personas sin seguro médico. "Nadie está derribándolo. Vamos a avanzar," dijo.


Sanders admitió que habrá que poner nuevos impuestos para financiar su plan, pero que así se evitará que la mayoría de estadounidenses tengan que pagar la prima del seguro médico. Algunos ciudadanos pagarían "un poco más" en impuestos, pero así se evitarían el "tener que pagar 10,000 dólares a 'Blue Cross'" y otras aseguradoras. Sanders propone un impuesto a las nóminas del 6.2 por ciento y otras subidas de impuestos, la mayoría de las cuales dice que afectarían a rentas superiores a los 250,000 dólares anuales.

El candidato demócrata socialista se quejó de haber sido objeto de "falsos" ataques por parte de la gente de Clinton en materia de armas de fuego, señalando que la Asociación Nacional del Rifle puntúa con un "D-" su trayectoría en el Senado porque no ha sido favorable a sus intereses.


Hace veinte años, el entonces congresista y ahora senador apoyó una ley que protegía a los fabricantes de armas de posibles demandas porque la ley tenía algunas cláusulas buenas, dijo Sanders. No obstante, ahora está a favor de revisarla.


"Me alegra oír que el Senador Sanders ha dado marcha atrás en su postura sobre la inmunidad" de los fabricantes de armas, dijo Clinton en un intento por hacer quedar a su rival como una persona de ideas inestables y cambiantes.


"Votó varias veces con la Asociación Nacional del Rifle, con el lobby de las armas," dijo Clinton. "Votó para permitir armas en los trenes y en los parques nacionales."


En política exterior también expresaron algunas diferencias. Para Sanders, EEUU debe normalizar relaciones con Irán cuanto antes y los iraníes y los rusos deben implicarse más en la guerra civil de Siria. Clinton, en cambio, cree que EEUU debe evitar que Irán intervenga militarmente en Siria y se mostró más prudente sobre la normalización de relaciones con la república islámica.


"Creo que todavía tenemos que vigilarlos con cuidado," dijo la ex secretaria de Estado. "Hemos tenido solo un buen día en más de 36 años," dijo en alusión a las noticias de este fin de semana. "Creo que necesitamos más días buenos antes de avanzar a mayor velocidad hacia cualquier tipo de normalización."


¿Y Martin O'Malley? Defendió su historial, probablemente el historial más irreprochable de los tres, y trató de empatizar con el público. Pero parece demasiado tarde para hacerse un hueco en una carrera atomizada por Clinton y Sanders.


"Los dos han sido inconsistentes en este asunto," dijo O'Malley sobre la trayectoria de sus dos rivales en control de armas. "Yo soy el único candidato en este escenario que realmente unió a la gente para aprobar una legislación completa de prevención de armas."


El ex gobernador de Maryland añadió un toque personal relatando su experiencia visitando a una víctima infantil de un tiroteo en el hospital.


También en el debate sobre política exterior buscó el toque personal, recordando que la madre de un soldado de Iowa le pidió que no utilice las palabras "botas sobre el terreno" para referirse a los soldados, porque son personas.


Vídeo: debate completo


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