domingo, 27 de julio de 2014
O'Malley vuelve a Iowa mientras busca una identidad política
Martin O'Malley cortejando a dos mujeres de Iowa. (Foto: @JanelleRettig)
El Gobernador de Maryland Martin O'Malley ha visitado Iowa por segunda vez en este ciclo electoral, solo unas pocas semanas después de su primera visita. ¿Y dónde creéis que ha iniciado este segundo periplo? ¿En Des Moines, tal vez? ¿En Cedar Rapids, quizá? ¿O en Davenport? Pues no. Casualidad o no, lo ha hecho en una pequeña ciudad de 27,000 habitantes en la orilla del río Mississippi que se llama igual que la gran favorita a la nominación demócrata, ésa que lleva más de 2,400 días - desde 2008 - sin pisar el estado del ojo de halcón; Clinton.
O'Malley encabezó ayer dos recaudaciones en Clinton y en North Liberty para la campañas de los demócratas Rita Hart y Kevin Kinney al Senado estatal de Iowa, y tiene programadas más actividades para hoy.
Implicarse en las carreras individuales a la Legislatura estatal parece una estrategia interesante por parte de O'Malley ya que los demócratas de Iowa tienen una ligera mayoría en el Senado estatal y, dadas las escasas opciones de recuperar la mansión del gobernador, mantener la cámara alta es su gran prioridad en las elecciones de noviembre.
Su visita no está teniendo la repercusión mediática que tuvo la de Christie hace una semana, y sigue siendo un desconocido - de momento, un 69% de los demócratas no ha oído hablar de él -, pero los jefes locales del Partido Demócrata ya están tomando nota del afán de ayudar de O'Malley.
"Él está haciendo más que ningún otro," ha declarado el líder demócrata del Senado de Iowa Mike Gronstal a Associated Press. "Otros han indicado que están interesados en hacer algunas cosas. Pero todavía no lo hemos visto."
¿Se referirá por "otros" a la que lleva 2,400 días sin dejarse ver por allí después de haber quedado tercera en el caucus de 2008?
Por primera vez, O'Malley - que en 2007-2008 fue el segundo gobernador en apoyar la candidatura presidencial de Hillary - se está atreviendo a hacer las cosas sin pedir permiso y a marcar distancias con Clinton en sus apariciones pre-electorales. Por ejemplo, anoche cruzó por una horas el límite entre Iowa y Nebraska para dar un discurso en la cena Morrison Exon de Omaha - el nombre es en homenaje a los gobernadores Frank Morrison y Jim Exon, uno de los demócratas más populares del Oeste en la segunda mitad del siglo XX que no se presentó a Presidente porque carecía de la desmesurada ambición que se requiere - en el que, además de repasar sus logros en Baltimore y Maryland y defender la subida del salario mínimo, reiteró que no comparte la línea oficial del gobierno - de Obama - y del aparato del partido - de Clinton - en política migratoria.
"Creo en la generosidad americana y en la compasión de nuestro pueblo. No damos la espalda a niños inocentes que llegan a nuestra puerta huyendo de la muerte," dijo el gobernador de Maryland, criticando la decisión del gobierno de devolver a sus países de origen a los menores inmigrantes que llegan sin la compañía de un adulto a EEUU, y chocando con la opinión de Hillary Clinton - la ex Secretaria de Estado dijo hace poco que EEUU tiene que dejar claro a los países centroamericanos que aunque sus niños pasen la frontera no van a conseguir quedarse en el país.
Los organizadores indicaron que fue la cena anual Morrison Exon con mayor concurrencia desde que en 2006 recibieron al entonces Senador por Illinois Barack Obama. Como en aquel caso, la parada de O'Malley en Omaha es importante porque la ciudad está pegadita a Council Bluffs y comparten mercado mediático.
Puede que el conflicto de O'Malley con la Casa Blanca en torno a la inmigración no le sea de especial ayuda en la blanca y agrícola Iowa, pero forme parte de una estrategia para resolver su principal hándicap como aspirante presidencial en 2016: que carece de una identidad política definida y eso le impide ser el candidato de una comunidad de personas que compartan un interés común o una pasión.
Los seguidores de Elizabeth Warren tienen en común el ardor contra Wall Street; los de O'Malley no tienen una pasión común que les lleve a unirse detrás de ese candidato, y eso es necesario para que una candidatura tapada pueda prender cuando apenas es registrada por los sondeos.
United We Dream, la organización pro-inmigración más importante, lleva días utilizando las palabras y la imagen de O'Malley en una iniciativa a través de Internet, y los líderes de opinión de las minorías lo están describiendo como un gobernador con un corazón y un alma. Por primera vez desde que anda tratando de hacerse un hueco en el escenario nacional, parece tener entidad política propia y ser algo más que un político amigable o un gestor eficiente.
¿Qué es lo más fuera de lo común en la trayectoria política de O'Malley? Que con solo 35 años fue elegido alcalde de Baltimore, una gran ciudad afromaericana - 64% de negros, 30% de blancos - y muy de minorías religiosas - 52% de católicos, 11% de judíos.
"Cuando anuncié mi candidatura, estaba en el 7% en las encuestas. Los otros tipos estaban en el 36% y el 28%," le gusta recordar en todos los discursos que ha pronunciado en los últimos meses fuera de Maryland. También le gusta hablar de su visión de "un futuro metropolitano."
De modo que, aunque nos parezca un típico hombre blanco aburrido y convencional con todas las papeletas para ser el Pawlenty demócrata de 2016 - de T-Paw a MOM -, tiene buenas referencias para por lo menos intentar ser el candidato urbano, joven, y de las minorías étnicas y religiosas, y como escribía el mes pasado Matt Bai en Yahoo News!, "el electorado demócrata sigue volviéndose más joven y urbano en cada elección, así que la idea de O'Malley de un renacimiento urbano podría resonar más de lo que se cree."
El verdadero problema, como decía Bai, es que 2016 para los demócratas "no es como alguna otra campaña presidencial - es El Año de Hillary. Y, cada vez más, los 'insiders' que han establecido esas expectativas parece que encuentran irritante que cualquiera que no se llame Clinton nos distraiga presentándose."
Pero mientras los pocos demócratas - ahora mismo solo se me ocurre Elizabeth Warren - que sí tienen la fuerza para competir contra Hillary no tienen la ambición o el valor para hacerlo, "O'Malley es el único tipo dispuesto a hacer las cosas más evidentes que un candidato debería hacer si es serio en lo de ser Presidente, en lugar de simplemente esperar a ver si se materializa una oportunidad. Y por eso, merece por lo menos ser escuchado."
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