The Clintonworld-Obamaland marriage--part love, part convenience--hits a snag. Money, clout, pre-eminence at stake. http://t.co/7rjzN03kpv
— Nick Confessore (@nickconfessore) February 11, 2015
Nicholas Confessore y Amy Chozick, de The New York Times, profundizan en las tensiones que han explosionado esta semana dentro de la campaña en construcción de Hillary Clinton (D).
El origen de todo está en que todos los consultores, activistas y recaudadores demócratas ven que "la operación electoral de Clinton podría dominar el Partido Demócrata en la próxima década, controlando el flujo de comisiones, el trabajo de consultoría y los nombramientos políticos," y quieren hacer más méritos que los demás para conseguir un buen asiento en su autobús.
"Es una competición que se ha visto agravada," dicen algunos partidarios de Hillary, "por la reticencia de Clinton a entrar formalmente en la carrera y establecer una organización de campaña con unos límites de autoridad claros."
La llegada de personal de las dos campañas de Obama - Jim Messina, que ya estaba al frente de Priorities USA Action; Joel Benenson, como nuevo estratega; Jim Margolis, cuya agencia se llevará un montón de pasta por hacer anuncios; Mitch Stewart y Jeremy Bird, que cobran 20,000 dólares al mes por asesorar a Ready for Hillary, etc. -, que se creen los más listos del pueblo y se están llevando los mejores contratos, ha molestado a varios asesores de toda la vida de los Clinton que esperan ocupar puestos importantes en la campaña.
"El matrimonio entre los dos bandos - basado en gran medida en el interés mutuo, si no en el amor - parece ahora más incómodo que en ningún otro momento desde que Obama pidió a Clinton que sirviera en su administración después de las elecciones de 2008," señalan Confessore y Chozick.
"Es el 'Dream Team' pero solo cinco pueden ser titulares." Así resume la situación el recaudador de fondos demócrata John Morgan, cercano a los muchachos de Obama. "¿A quién colocas como alero? ¿Jordan, LeBron, Kobe, Magic, Bird, Derrick Rose? Eso es lo que pasa."
David Brock "es un cáncer" dice Morgan sobre el veterano recaudador y organizador de Hillary que dimitió el lunes de la junta de Priorities después de ayudar a levantar grupos como Correct the Record, encargado de hacer un seguimiento a todo lo que se dice sobre ella en los medios y de defenderla.
"Si te importan tu partido y tu país, simplemente haz lo que te piden," aconseja Morgan a Brock. "Si solo te preocupas por ti mismo, coge tus juguetes y vete a casa."
Susie Tompkins Buell, una donante de San Francisco que lleva toda la vida con Hillary, describe a Brock, quien recaudó 28 millones para Correct the Record, como alguien con "un papel icnreíblemente importante en el Partido Demócrata" cuyo trabajo "nos proteje de las arremetidas y la destrucción de la maquinaria de ataques de los republicanos."
Para Buell, "ciertas personas están intentando destruir a David a través de conversaciones confidenciales con los periodistas. Son débiles y retorcidos."
Resumen: los clintonitas de toda la vida estaban con Brock; los obamitas estaban contra Brock. Los segundos quieren ganar territorio en Clintonlandia, mientras los primeros se resisten a ceder el suyo.
El equipo de Messina está logrando menos donaciones de las esperadas para Priorities USA Action porque el archipiélago de comités y organizaciones que maneja Brock - American Bridge, Media Matters y Correct the Record - no suelta a sus donantes.
Según algunas fuentes, Messina habría utilizado una polémica sobre los altos honorarios de la firma que se encarga de recaudar fondos para los grupos de Brock para pedir a los donantes que se comprometan a no donar a los grupos que dependen de esa firma para recaudar dinero. Eso habría provocado la reacción pública de Brock.
Y digo yo, que si los obamitas apostasen por su propio candidato, no habría tantos problemas y habría sitio para todos. Ya lo hicieron una vez y derrotaron a Hillary. Martin O'Malley debe sentirse muy frustrado...
Posdata: el que no tiene ninguna intención de volver a la política es David Axelrod, que ahora dirige el Instituto de Política de la Universidad de Chicago. Axelrod repasó ayer en la National Public Radio su trayectoria profesional al lado de Obama.
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