Una escena que se repite casi a diario: Trump en
MSNBC,
CNN,
Fox Business y
Fox News al mismo tiempo.
En una entrevista a Bloomberg Politics, Barry Bennett, asesor de alto rango de Donald Trump, comenta lo que espera la campaña de la convención republicana que se celebrará en Cleveland a mediados de julio: "Nuestro equipo saldrá para Cleveland la semana que viene o la siguiente para recibir nuestras primeras informaciones sobre lo que se cuece. Pero creo que en lo que se refiere a la programación, muchos de nosotros sentimos que podemos darle un poco de vida al formato. Que sea más entretenido, más interesante. No sé por qué el candidato solo habla la noche en la que acepta la nominación. ¿Por qué no debería hablar cada noche desde una ciudad diferente? Cómo es que no estamos haciendo emisiones en Facebook o Google, por qué simplemente nos apoyamos en 45 minutos de tiempo en las cadenas de televisión."
¿Un discurso de Trump las cuatro noches de la convención? Parece una locura, pero encaja en la estrategia de saturación que el candidato republicano está siguiendo desde que anunció su candidatura hace casi once meses, y que ha sido especialmente evidente esta última semana, cuando ha hecho "una ronda de apariciones en televisión, radio y prensa escrita -y después ha vuelto a hacer la misma ronda. Ha estado en todas partes," presencialmente y por teléfono, escribe James Hohmann en The Washington Post.
Trump quiere ser el director y protagonista de la película "2016" y que todos los demás actores del reparto, incluidos los otros candidatos presidenciales, sean meros secundarios de su película, y hasta ahora lo está consiguiendo con una ¿estrategia? revolucionaria en la política (al menos en democracias liberales).
"La saturación ha sido para Trump más que una gira de celebración de la victoria" por la retirada de Ted Cruz y John Kasich, señala Hohmann. "Es un indicativo de cómo planea enfocar la campaña de las elecciones generales. En lugar de apoyarse en los métodos tradicionales de comunicación -anuncios pagados, entrevistas cuidadosamente seleccionadas, publicaciones manufacturadas en Facebook-, él será el medio y el mensaje, impredecible y siempre alrededor."
La rutina diaria de Trump en su relación con los medios, según Hohmann, es algo así: "Cientos de peticiones le llegan a través de su asesora de prensa, Hope Hicks, y se amontonan en su escritorio. Rebusca entre ellas, confirmando esto, rechazando aquello. Pero ese no es el final. Sondea las cadenas de televisión de noticias, monitoriza los titulares. Llamará a una cadena mientras otra se prepara entre bastidores para entrevistarle. Y finalmente se vuelve hacia Twitter, escribiendo él mismo o dictándole a un asesor."
"Para los demócratas y los republicanos," escribe Hohmann, "la consecuencia evidente de la omnipresencia de Trump es que sin importar en qué quieran concentrarse, probablemente serán obligados a responder cada día al último antojo del magnate. Para bien o para mal, amenaza cada hora como una continua potencial perturbación."
Roger Stone, ex asesor de Richard Nixon y uno de los hombres de confianza de Trump desde hace décadas, explica en el Post que el estilo del candidato "está forjado en las guerras de negocios y en los tabloides de Manhattan de los años ochenta. Podría capear más golpes que el típico político nacional y eso hace de él el candidato más dispuesto y capaz para utilizar su personalidad como su herramienta electoral más importante."
"Trump va a romper con todo lo que el establishment y la prensa creen que debería hacer para tener una estrategia de comunicación total," dice Stone. "Estará en todos los medios, haciendo todas las entrevistas que pueda, llamando a los programas de radio y haciendo mítines totalmente expuestos para conseguir que se emitan en los canales de cable."
"Recuerda, esos mítines también te permiten dominar las noticias locales. Así que estás en todos los canales locales, en todos los nacionales, totalmente expuesto y gratis," añade Stone.
Stone admite que él al principio no creía en la estrategia, que es una ocurrencia del propio candidato. "Yo le dije que no funcionaría. Era escéptico. ¿Un asesor diciéndole a alguien que podía ganar una campaña presidencial sin gastar mucho en anuncios? ¿Simplemente yendo a la tele? Era un cálculo histórico. Pero lo hizo. Un estilo de hablar franco, una repetición de tres asuntos... y combinas eso con un electorado amargado y que sufre, y todo ha funcionado."
"No es programable," dice Stone de Trump. "Una vez, hace 30 años, intenté poner algunas palabras en su boca pero no las tomó. Puedes hablarle de conceptos. Pero no quiere tomar las palabras de otra persona. Está cómodo haciéndolo así. Prefiere observar la cultura, las noticias, y pillar lo que pueda. Nadie sabe lo que va a hacer. Yo todavía no sé lo que hará."
Estoy leyendo por ahí que están intentando que Romney se presente, no sé si como rival para las primarias o montando una candidatura independiente apoyada por los Bush y buena parte del aparato republicano. Si lo acepta me da que las elecciones las gana Hillary en cuanto cierren las urnas en Colorado, como muy tarde. Puede que parte del oficialismo esté metabolizando a Trump, pero otro no lo asimilará en la vida. Pero a este paso no me da que la Convención Republicana va a tener un ambiente solo comparable a la Convención Demócrata del 68.
ResponderEliminarSí, he leído que Bill Kristol anda intentando eso con Romney. Pero dudo que Romney lo haga, primero porque todo el RNC trabajó para él en 2012 y les haría una faena, y segundo porque echaría a perder su reputación. Fue el nominado del Partido Republicano, tiene una reputación dentro del aprtido, y ahora mismo es lo único que le queda en política. Además estamos hablando de Romney, que como candidtao republicano fue un candidtao muy prudente, incluso excesivamente prudente, no creo que a estas alturas se vuelva temerario.
ResponderEliminarPero sí, es cierto que hay una mafia bipartidista nacional que integra a republicanos que prefiere que gane Hillary Clinton antes que Trump para garantizar la continuidad de esa mafia bipartidista.
Son los que soñaban con tener unas elecciones entre Hillary Clinton y Jeb Bush.
ResponderEliminarDudo que entre un tercer candidato pues no tendria ninguna posibilidad de ganar
ResponderEliminarPodría haberlo, pero no creo que fuese un peso pesado, un gran nombre.
ResponderEliminarSi no es un peso pesado no tendria ningun impacto incluso ayudaria a trump pues quizas ese 3 o 4 voto republicano que no votara x trump no se iria a hillary
ResponderEliminarNo está mal pensado. Eso que citas sería como el efecto que tuvo John Anderson en 1980, haciendo que algunos 'moderados' tuvieran a quién votar y no tuvieran que terminar votando a Jimmy Carter.
ResponderEliminarEn realidad candidtaos independientes hay siempre. Por ejemplo, hace cuatro años estuvo el ex republicano Gary Johnson, ex gobernador de New Mexico, que recibió el 1 por ciento de los votos. Para ser alguien que tenga un impacto real tiene que ser alguien con mucho peso y muy mediático. Si es simplemente alguien con un perfil digamos intelectual o 'serio' o demasiado moderado podría tener ese efecto a lo John Anderson que citas. Porque no olvidemos que Hillary también es impopular.