Hillary y Jeb tienen situaciones muy distintas en sus partidos (una es inevitable, salvo milagro, mientras que el otro lo tiene muy cuesta arriba), pero hay algo en común: son personajes con material de sobra como para dejar más que preparada la carrera del contrario. Está claro qué les van a preguntar y en qué temas se va a centrar la campaña.
El problema para los demócratas es que no parece haber alternativa. Los republicanos tienen unas cuantas. Parece que Jeb no acaba de cuajar entre las bases, y ni siquiera va el primero en NH, a pesar de que sus rivales (Walker, por ejemplo) no han tenido todavía mucho tiempo de darse a conocer. Si no gana allí, y dando por hecho que en Iowa se puede dar un batacazo fundamental, se le irá poniendo cara de Giuliani.
Y para el sector paulista del blog, diré que Rand me está sorprendiendo agradablemente. Está serio, sin distracciones y llevando el debate a su terreno. Además, se está trabajando al establishment sin dejar de decir lo que piensa. Hay que tomarse en serio a Rand. Muchos otros candidatos pueden subir como la espuma o hundirse, pero yo diría Rand sin duda va a estar en la terna final cuando llegue la fase decisiva de las primarias.
Rand Paul estará seguro en la terna porque tiene un electorado propio que ya permitía a su padre seguir dando guerra a pesar de no ganar ninguna primaria. Eso le otorgará a Paul la posibilidad de seguir más allá de Iowa y New Hampshire independientemente de que gane o pierda en esos estados, y mantenerse ahí para seguir peleando o para resurgir más adelante en algún momento.
Has expuesto cuál es el problema de los demócratas, que de momento no tienen alternativa a Hillary.
Y el problema de los republicanos es que Bush si entra es para ganar, y en ese afán de ganar - viendo los antecedentes familiares -, si hace una campaña con muchos golpes subterráneos contra sus rivales - sin dar la cara, indirectamente, soltando mierda a través de los medios o grupos externos - podría terminar debilitando a otro candidato que finalmente termine siendo el nominado y hacer un flaco servicio al partido.
Hillary y Jeb tienen situaciones muy distintas en sus partidos (una es inevitable, salvo milagro, mientras que el otro lo tiene muy cuesta arriba), pero hay algo en común: son personajes con material de sobra como para dejar más que preparada la carrera del contrario. Está claro qué les van a preguntar y en qué temas se va a centrar la campaña.
ResponderEliminarEl problema para los demócratas es que no parece haber alternativa. Los republicanos tienen unas cuantas. Parece que Jeb no acaba de cuajar entre las bases, y ni siquiera va el primero en NH, a pesar de que sus rivales (Walker, por ejemplo) no han tenido todavía mucho tiempo de darse a conocer. Si no gana allí, y dando por hecho que en Iowa se puede dar un batacazo fundamental, se le irá poniendo cara de Giuliani.
Y para el sector paulista del blog, diré que Rand me está sorprendiendo agradablemente. Está serio, sin distracciones y llevando el debate a su terreno. Además, se está trabajando al establishment sin dejar de decir lo que piensa. Hay que tomarse en serio a Rand. Muchos otros candidatos pueden subir como la espuma o hundirse, pero yo diría Rand sin duda va a estar en la terna final cuando llegue la fase decisiva de las primarias.
Rand Paul estará seguro en la terna porque tiene un electorado propio que ya permitía a su padre seguir dando guerra a pesar de no ganar ninguna primaria. Eso le otorgará a Paul la posibilidad de seguir más allá de Iowa y New Hampshire independientemente de que gane o pierda en esos estados, y mantenerse ahí para seguir peleando o para resurgir más adelante en algún momento.
ResponderEliminarHas expuesto cuál es el problema de los demócratas, que de momento no tienen alternativa a Hillary.
Y el problema de los republicanos es que Bush si entra es para ganar, y en ese afán de ganar - viendo los antecedentes familiares -, si hace una campaña con muchos golpes subterráneos contra sus rivales - sin dar la cara, indirectamente, soltando mierda a través de los medios o grupos externos - podría terminar debilitando a otro candidato que finalmente termine siendo el nominado y hacer un flaco servicio al partido.