Mientras esperan los resultados de Kansas, Kentucky y Louisiana, los dos candidatos presidenciales demócratas están haciendo campaña en Michigan, una señal de la importancia que ambos conceden a la primaria del martes en el estado de los Grandes Lagos. Y al igual que en otros estados, cada uno tiene una estrategia diferente: Hillary Clinton está apostando por el voto negro y Bernie Sanders está intentando movilizar a los jóvenes y al obrero blanco acusando a Clinton de ser la candidata de la globalización o outsourcer in chief (externalizadora de empleos en jefe).
Clinton, que parte como favorita, se ha reunido con 20 pastores afroamericanos en Detroit y ha declarado que el futuro del Tribunal Supremo estará en juego en las elecciones de noviembre.
(Foto: @still4hill)
Sanders, que aunque no gane el estado quiere hacerse con un buen puñado de delegados, ha estado en Warren, un suburbio de Detroit que es casi un 80 por ciento blanco, un día después de que Donald Trump visitara el lugar criticando los tratados comerciales y prometiendo nuevos empleos a los obreros. El senador por Vermont ha hablado hoy de reducir las desigualdades, ha denunciado la influencia de los multimillonarios en las elecciones a través de los súper PACs, y, al igual que Trump ayer, ha desaprobado los "desastrosos" acuerdos comerciales que cuestan empleos a los estadounidenses.
What it sounds like when @BernieSanders takes the stage on a #SuperSaturday in Warren, MI pic.twitter.com/TQ6XVZtzEf— Brian Stelter (@brianstelter) 6 de marzo de 2016
.@BernieSanders just called out the Koch brothers by name in his Super Saturday speech. Here's what he had to say: https://t.co/4TpwxMe4Sz— MSNBC (@MSNBC) 6 de marzo de 2016
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