Seguimiento de las elecciones presidenciales de EEUU.
martes, 9 de agosto de 2016
El Donald sugiere que los propietarios de armas podrían impedir que los jueces de Hillary anulen la Segunda Enmienda, y arma otro gran, gran, gran escándalo
El Donald sale al escenario en Wilmington, Carolina del Norte, donde ha sido introducido por su amigo y aliado Rudy Giuliani.
Ayer os dije que la seriedad y el aburrimiento del discurso de Donald Trump sobre economía iba a durar solo un día, y así ha sido. Hoy ha vuelto El Donald de los súper mítines.
En un abarrotado Trask Coliseum de Wilmington, donde juegan los Seahawks, el equipo de baloncesto de la Universidad de Carolina del Norte, el candidato presidencial republicano se ha sacado de la manga una nueva polémica (¿Lo hace queriendo o no? ¿Es muy listo o muy torpe o una mezcla de ambas cosas? ¿Lo hace para movilizar al hombre de la cabaña del bosque de Carolina del Norte que no ha votado nunca o no responde a ningún sentido táctico?) cuando ha sugerido que "la gente de la Segunda Enmienda" podría tener algún modo de impedir que los jueces nominados por Hillary Clinton, si es elegida Presidenta, supriman el derecho a portar armas.
"Hillary quiere abolir, esencialmente abolir la Segunda Enmienda," ha dicho. "Por cierto, y si consigue escoger a sus jueces, no podéis hacer nada, tíos. Aunque la gente de la Segunda Enmienda, quizás haya... no sé."
Ha sido lo suficientemente ambiguo, pero os podéis imaginar las interpretaciones de la prensa: ¡El Donald ha bromeado con el asesinato de doña Hillary Clinton o el de sus jueces!
"Si alguien dijera eso fuera de la sala, estaría en una furgoneta policial siendo interrogado por el Servicio Secreto," ha dicho indignado Michael Hayden, director de la CIA con el Presidente George W. Bush y ahora probablemente aspirante a alto cargo en una hipotética administración Clinton.
"Pero os diré que ese será un día horrible," ha seguido Trump, refiriéndose al futuro del Tribunal Supremo. "Si Hillary consigue poner a sus jueces... ahora estamos empatados... veréis lo que va a pasar. Estamos empatados porque Scalia... no se esperaba que esto ocurriera. El Juez Scalia iba a estar diez años más, por lo menos, y esto es lo que pasa. Eso fue una cosa horrible."
Trump también ha descrito a Clinton como "la jugadora más valiosa" del ISIS, y ha advertido a los norcarolineses de que su estado podría ser el 8 de noviembre una de las zonas cero de un fraude electoral, después de que un juez haya anulado la ley estatal que obligaba a los votantes a identificarse con un documento oficial con fotografía cuando vayan a votar.
"¿Qué pasa con las leyes de identificación de votantes? ¿Por qué no tenemos leyes de identificación de votantes?," ha preguntado El Donald. "En otras palabras, yo quiero votar. Aquí está mi identificación. Quiero votar. Al contrario que alguien que vuelve y vota 15 veces a Hillary. Y yo no os diré que votéis 15 veces. No os diré que hagáis eso, ¿vale? Vosotros no votaréis 15 veces, pero la gente lo hará. Votarán muchas veces. Y el cómo eso puede pasar es increíble, y el gobernador me acaba de decir que van a ir al Tribunal Supremo de EEUU. ¡Juez Roberts! Y tal vez consigan un aplazamiento. Veamos qué ocurre, ¿vale? Veamos qué ocurre. Esa es una cosa muy importante."
En resumen, Trump ha tocado dos de los grandes tabúes que nadie (nominado) se atrevía a tocar: un levantamiento armado de civiles contra el gobierno para defender sus derechos y el fraude electoral.
Bueno, cualquier otro candidato nominado no tocaría de esa manera esos temas, pues
1. Esa lógica detrás de la Segunda Enmienda puede que haya tenido algo de sentido en 1790, pero difícilmente podría ser aplicable a ninguna situación actual.
2. El fraude electoral, a lo menos en forma presencial, es virtualmente inexistente en EEUU.
De nuevo, el establishment en EEUU, como decimos en Chile, "vale callampa" (o sea, no vale nada), pero elegir a este tipo claramente no es una opción mejor, si no mucho peor.
Siempre y cuando se piense que la situación actual no es la de un gobierno no demócratico instalado desde hace décadas, que no es el gobierno que ves, sino el gobierno profundo.
Hoy la Segunda Enmienda puede no tener una utilidad práctica porque puede que ya esté probado que no puede disuadir un gobierno no democrático, pero a veces no se trata de anteponer simplemente la utilidad de algo a cualquiera de sus restantes cualidades, que pueden ser muchas y también hay que tenerlas en cuenta.
Trump está plantando una semilla, la semilla de la desconfianza en el sistema, que puede ser algo bueno o puede ser algo malo, igual que puede servir a una buena causa o puede servir a una mala causa.
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ResponderEliminarBueno, cualquier otro candidato nominado no tocaría de esa manera esos temas, pues
ResponderEliminar1. Esa lógica detrás de la Segunda Enmienda puede que haya tenido algo de sentido en 1790, pero difícilmente podría ser aplicable a ninguna situación actual.
2. El fraude electoral, a lo menos en forma presencial, es virtualmente inexistente en EEUU.
De nuevo, el establishment en EEUU, como decimos en Chile, "vale callampa" (o sea, no vale nada), pero elegir a este tipo claramente no es una opción mejor, si no mucho peor.
Siempre y cuando se piense que la situación actual no es la de un gobierno no demócratico instalado desde hace décadas, que no es el gobierno que ves, sino el gobierno profundo.
ResponderEliminarHoy la Segunda Enmienda puede no tener una utilidad práctica porque puede que ya esté probado que no puede disuadir un gobierno no democrático, pero a veces no se trata de anteponer simplemente la utilidad de algo a cualquiera de sus restantes cualidades, que pueden ser muchas y también hay que tenerlas en cuenta.
Trump está plantando una semilla, la semilla de la desconfianza en el sistema, que puede ser algo bueno o puede ser algo malo, igual que puede servir a una buena causa o puede servir a una mala causa.