Mientras Donald Trump dedica el domingo a prepararse para los debates de este otoño (Philip Rucker, Robert Costa y Anne Gearan nos cuentan en The Washington Post los detalles de esa preparación, en la que le están ayudando Rudy Giuliani, Laura Ingraham y Roger Ailes), su compañero de fórmula y la directora de su campaña han cubierto su ausencia en los talk-shows domingueros.
Mike Pence: Trump no ha cambiado en inmigración
Mike Pence ha dado una amplia entrevista a State of the Union (CNN) en la que ha defendido que la política migratoria de Trump no ha cambiado. "Puso este asunto en el centro de su campaña presidencial en las primarias republicanas. Su posición y sus principios han sido totalmente congruentes," ha dicho.
Esa política tiene cuatro puntos principales, ha dicho el gobernador de Indiana: proteger la frontera, construir un muro, aplicar la ley y terminar con las ciudades santuario. Lo que falta por determinar es "un mecanismo para tratar con las personas que están en este país."
¿Y qué hay de la promesa que hizo Trump en noviembre de 2015 de crear una fuerza especial para deportar a los 11 millones de inmigrantes ilegales que se calcula que hay actualmente en EEUU? "Lo que explicó ahí, con su habitual estilo franco y americano," ha dicho Pence, "era un mecanismo, no una política."
Pence ha anunciado que en las próximas dos semanas conoceremos más detalles del plan definitivo de El Donald. Ha reiterado que no habrá una vía a la legalización salvo que esas personas abandonen el país y vuelvan de forma legal.
"Creo que toda la cuestión de los bebés ancla y la ciudadanía es un tema para el futuro," ha añadido.
Sobre los elogios de David Duke (Ku Klux Klan) a Trump, Pence ha declarado que "realmente me molestan." Pero las acusaciones de racismo de los demócratas a Trump "me suenan desesperadas."
El candidato republicano a Vicepresidente se ha quejado de que los medios de comunicación dedican más tiempo a hablar de los tuits escritos por Trump en los últimos tres días, que de las cosas que Clinton ha hecho en los últimos treinta años. A este respecto, ha pedido que se nombre un fiscal especial que investigue los tejemanejes de la Fundación Clinton para determinar si el Departamento de Estado vendió sus decisiones.
Finalmente, Pence ha defendido a Steve Bannon, el CEO de la campaña de Trump, que hace dos décadas fue acusado de malos tratos por su ex mujer. Bannon siempre "ha negado esos cargos," ha dicho Pence.
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